Ayer por la tarde se dieron a conocer los resultados de la investigación desarrollada por la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes, CAREF, con el apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, la cual da cuenta de los desplazamientos hacia Argentina de personas y familias solicitantes de asilo y migrantes durante el cierre de fronteras internacionales en la pandemia por COVID-19 y de cómo dichas medida afectaron a esta población de manera desproporcionada.
El evento contó con la presencia de Juan Carlos Murillo, Representante Regional de ACNUR para el Sur de América Latina, quien brindó un panorama general sobre el impacto de la pandemia en la población solicitante de asilo y con necesidades de protección internacional, fundamentalmente en lo referido al acceso al territorio y al derecho a solicitar asilo, a nivel regional y global.
Por parte de CAREF, Gabriela Liguori, Directora Ejecutiva de la institución, aseguró que “es indudable que los Estados actuaron frente a la pandemia suponiendo que el cierre de las fronteras era una medida adecuada para el cuidado de las comunidades en territorio. Sin embargo, los hechos nos demuestran que era posible sostener la política sanitaria con un ingreso cuidado también en las fronteras terrestres”. La coordinadora del área de investigación de CAREF, María Inés Pacecca, responsable del desarrollo de la investigación, detalló lo riesgosos e inciertos que fueron esos tránsitos e ingreso al país de personas y familias migrantes y solicitantes de asilo, así como su situación en Argentina, durante los cierres de fronteras debidos a la pandemia (marzo 2020 a noviembre 2021).
También se oyeron los testimonios de Manuel Ruiz, asesor del área de incidencia del Servicio Jesuita a Migrantes y de Pablo Ceriani, director de la especialización en migración y asilo de la Universidad de Lanús y miembro del Comité de Naciones Unidas para la protección de los Derechos de las personas migrantes y sus familias.
CAREF y ACNUR destacaron que, en un contexto tan complejo como el que se vivió durante el pico de la pandemia, el diálogo y la articulación interinstitucional (Estado, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales) fue lo que permitió que la población que ingresó al territorio más allá de las restricciones impuestas, pudiera cumplir con las medidas sanitarias, recibir asistencia humanitaria e información, proseguir hasta su destino y acceder a documentación que registrara su presencia en el país.
