La detección de hipotiroidismo congénito, programa pionero de pesquisa neonatal en Cuba que este año arriba a su 35 aniversario, constituye una de las fortalezas indiscutibles del sistema de salud en la atención a recién nacidos. La doctora Cecilia Pérez, especialista de segundo grado en Endocrinología y coordinadora del Programa de Hipotiroidismo Congénito, en declaraciones a Prensa Latina, reveló que en la isla se diseñó un método ultramicroanalítico (SUMA), sensible, económico y con alto grado de automatización, para determinar los niveles de TSH (hormona estimulante del tiroides) y así, establecer el diagnóstico.
Esta prueba, realizada al quinto día de vida, reviste una importancia fundamental porque la detección precoz de la enfermedad evita complicaciones cognitivas, y el temido retraso mental severo, que es irreversible
Por eso, enfatizó, lo recomendable es que el análisis ocurra durante el primer mes de vida, idealmente en el transcurso de la primera quincena para evitar perjudiciales complicaciones.
Acorde con cifras del pasado año, de cada cuatro mil 600 niños, se detectó un caso en la isla, lo que ubica al país con una incidencia similar a la del resto del mundo.
Una vez que las pruebas de los pequeños arrojan algún tipo de anomalía, la especialista afirmó que estos son remitidos al Instituto de Endocrinología para su confirmación, tratamiento y evolución hasta los 21 años de edad.
Si bien el sistema de salud cubano prioriza la pesquisa temprana en neonatos, el cuidado relacionado con las enfermedades tiroideas reviste una relevancia particular, también, en la atención a las embarazadas.