Argentina, cuarto exportador mundial de trigo, es el primer país en permitir la comercialización del cereal transgénico, según señalaron fuentes oficiales el jueves.
Se trata de una variedad conocida como “HB4”, resistente a la sequía, desarrollada por la empresa biotecnológica local Bioceres, en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral y el Conicet.
Su entrada al mercado depende de la aprobación de Brasil, su mayor importador. En 2019, el 45 % de los 11,3 millones de toneladas exportados fueron a parar al gigante sudamericano. Otros destinos son Indonesia, Chile y Kenia.
Sin embargo, el tema ha causado controversia.
“Ahora debemos salir al mundo y convencer que esto es súper bueno y poder ir generando mercados para estos trigos que representan un salto evolutivo”, apuntó el titular de Bioceres, Federico Trucco.
No obstante, un grupo de expertos del Comité de Cereales de Invierno del Instituto Nacional de Semillas, expresó su preocupación.
En una misiva dada a conocer este jueves, advirtió que ningún país ha aprobado el uso de tipos transgénicos de trigo “debido a la no aceptación por parte de los consumidores locales y/o extranjeros de los productos elaborados con cultivos transgénicos y la dificultad de mantener separada la producción OGM (ndlr: genéticamente modificada) de la no OGM”.
Además, el hecho que Brasil dé su visto bueno “no garantiza que los molinos, panificadoras y consumidores particulares acepten comprar nuestro trigo OGM y si lo hicieran no hay garantías que lo hagan sin descuento de precio”, agregó.
“El evento HB4 es un avance científico relevante y podrá ser un aporte importante en soja, maíz y otros cultivos, pero por ahora no en trigo”, insistió. La variedad es el resultado de una colaboración público-privada de más de 15 años entre Bioceres y un grupo de investigación de la Universidad del Litoral, encabezado por la doctora en biología Raquel Chan, quien logró aislar un gen resistente a la sequía para incorporar al trigo, la soja o el maíz.