Australia ha experimentado un gran aumento en los casos de coronavirus durante el Año Nuevo, impulsado por la variante Omicron.
El último aumento se produce después de que Australia comenzara a reabrir sus fronteras a fines del año pasado, y los ciudadanos que regresaban ya no necesitaban ponerse en cuarentena a su llegada. Las reglas de entrada también se han suavizado para los titulares de visas internacionales, incluidos los de Japón.
El país reportó un récord diario de más de 60.000 nuevos casos el miércoles. Los dos estados más poblados, Nueva Gales del Sur y Victoria, representaron la mayoría.
El número de casos en Nueva Gales del Sur, donde se encuentra Sydney, aumentó más de cien veces desde hace un mes.
El aumento ha puesto al sistema de salud bajo una gran presión. El aumento de la demanda de pruebas está provocando retrasos en las clínicas, y muchas personas son rechazadas.
El primer ministro Scott Morrison celebró una reunión del gabinete nacional el miércoles. El gobierno discutió planes para garantizar kits de prueba adecuados para que el público alivie la presión sobre el sistema de salud.