Austria ha decidido confinar a millones de personas que no han completado (o iniciado) su pauta de vacunación contra el coronavirus. La medida entrará en vigor a medida que el país Europeo atraviesa por una oleada en infecciones récord, indicó el domingo el canciller Alexander Schallenberg.
Aproximadamente el 65% de la población de Austria está totalmente vacunada contra la COVID-19, una de las tasas más rezagadas en Europa occidental y una cifra “vergonzosamente baja”, señaló el canciller. Un gran grupo de austriacos continúa siendo escéptico acerca de las vacunas; en especial los focos de extrema derecha.
El confinamiento no cobijará a los menores de 12 años. Sin embargo, los no vacunados todavía podrán abandonar sus hogares por un número limitado de razones, como ir a trabajar o comprar víveres, el ministro de salud Wolfgang Mueckstein explicó en conferencia de prensa. Desde antes de la medida, los no vacunados ya no podían ingresar a restaurantes, peluquerías y hoteles.
Algunos funcionarios, incluso dentro del Partido Conservador de Schallenberg y la Policía, han expresado dudas sobre si tal bloqueo puede aplicarse adecuadamente, ya que se aplica a solo una parte de la población. Sin embargo, Schallenberg y el Ministro del Interior, Karl Nehammer, anticiparon que habrá verificaciones a fondo por parte de la policía y “a una escala sin precedentes” en zonas públicas. Las multas para los infractores podrían alcanzar los 500 euros y aquellos que se resistan a los controles podrían recibir amonestaciones de hasta 1500 euros.
Austria, de casi 10 millones dehabitantes, ha registrado casi 12 mil defunciones desde el inicio de la pandemia.
