La economía de Irán se está recuperando gradualmente después de una década perdida (2011-2020) de crecimiento económico insignificante. Las restricciones de COVID-19 menos estrictas, la adaptación a la nueva normalidad, reflejada en una recuperación del consumo, y las condiciones más favorables del sector petrolero han impulsado un repunte de cuatro trimestres después de junio de 2020, aunque desde una base baja.
Las perspectivas económicas de Irán se ven afectadas por la pandemia de COVID-19 y las perspectivas de demanda de los principales socios exportadores. Los principales riesgos para las perspectivas económicas de Irán se relacionan con el curso de la pandemia y las perspectivas de acontecimientos geopolíticos. La economía también sigue siendo vulnerable, aunque menos que en el pasado, a futuras caídas de los precios mundiales del petróleo. Los crecientes desafíos del cambio climático que resultan en una escasez más severa de agua y energía, junto con una alta inflación, podrían aumentar aún más las presiones sobre los más vulnerables y agravar los agravios sociales. Los riesgos al alza se relacionan con la posibilidad de un alivio de las sanciones que podría impulsar la actividad económica, ya que la economía ha operado crónicamente por debajo de su capacidad potencial.
- Monitor económico de Irán: adaptación a la nueva normalidad: una pandemia prolongada y sanciones en curso (Informe completo en formato PDF)