Los rituales ancestrales y creencias para emprender un nuevo año se han popularizado en Bolivia, con lo cual personas adquieren en los centros comerciales artículos para asegurar sus cábalas de buenos augurios, principalmente para salud, trabajo, prosperidad y amor.

Los deseos prioritarios de los bolivianos para recibir el año 2023 son salud y trabajo, para lo cual preparan todos los elementos y artículos que requieren en la práctica de sus tradiciones, ritos y supersticiones, de acuerdo con los expertos consultados por Xinhua.

Lentejas, vela azul y uvas son buenas cábalas para atraer empleo o mantenerlo en el nuevo año, comentó a Xinhua el viernes el astrólogo Édgar Fernández Lazcano, conocido como “Ramsés Cosmobiólogo”.

“Cuando vienen a recibir un consejo espiritual, mucha gente ahora quiere trabajo, pues en ello se puede conseguir dinero, se atiende la salud, puede tener prosperidad, incluso mantener viva la llama del amor”, afirmó el experto.

A decir de Ramsés, el año viejo ya terminó y ahora toca deshacerse de todo lo malo para dar la bienvenida al nuevo año con una actitud positiva y ganadora.

“Intentamos atraer la buena suerte o los mejores deseos de prosperidad con salud, amor, trabajo y dinero de diferentes formas”, agregó.

El astrólogo comentó que la mayoría de los clientes que atiende en su negocio ubicado en el centro de la ciudad de La Paz pide trabajo, dinero, prosperidad y amor.

El experto señaló que no sólo basta practicar las tradiciones y pedir favores, sino que hay que trabajarlos con actitud positiva en todo momento.

“Nada cae del cielo, sino hay que conseguirlo con esfuerzo”, añadió.

En contrapartida sobre las tradiciones ancestrales, el “yatiri” o adivino aymara, Sergio Uzquiano, explicó a Xinhua que los creyentes de la cultura de los antepasados en la parte andina prefieren para el inicio de cualquier emprendimiento, proyecto o el Año Nuevo hacer una mesa de agradecimiento y de pedido de favores a la “Pachamama” (Madre Tierra).

“Las personas que me consultan siempre piden prosperidad, salud y paz. El trabajo también es un componente importante. Les preparo la mesa para que hagan realidad sus deseos y que todo el año les vaya bien”, agregó.

A decir de Uzquiano, es un ritual cuya finalidad es agradecerle a la Madre Tierra por los favores recibidos, además se ofrenda para que se hagan realidad los pedidos.

Explicó que los comunitarios en las áreas rurales acuden a los lugares más altos, conocidos como “apachetas”, para hacer sus ofrendas de agradecimiento por la fertilidad de la tierra e iniciar un nuevo ciclo agrícola igualmente próspero.

Enfatizó sin embargo que en estas fechas las costumbres sobre las supersticiones y cábalas se mezclan entre la cosmovisión andina, las tradiciones locales y las importadas.

Tradicionalmente, los bolivianos recurren a diversas costumbres como comer 12 uvas, brindar con champán, usar ropa interior de color (rojo, amarillo, verde y azul), subir escaleras llevando maletas, contar dinero, velas de colores, poner en la mesa lentejas, comer platos preparados de cerdo, entre otras cábalas que se realizan a la media noche de cada 31 de diciembre.

Sin embargo, en la última década, a decir del “amauta” (sabio), en Bolivia se vive una tendencia a recuperar ritos ancestrales.

“Una de ellas es la mesa, una ofrenda típica del altiplano andino que contiene diversos elementos, sobre todo dulces que se queman para alimentar a la ‘Pachamama’ y pedirle favores”, agregó Uzquiano al destacar la revalorización de esta tradición ancestral.

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