El Gobierno de Bolivia dispuso hoy martes suspender la obligatoriedad del uso de la mascarilla en espacios abiertos en el país ante la desescalada de la quinta ola de contagios de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
En conferencia de prensa, el ministro de Salud y Deportes, Jeyson Auza, anunció la modificación de las medidas de bioseguridad y prevención, como el “uso de barbijo obligatorio en espacios cerrados, uso de barbijo opcional en espacios abiertos”.
Precisó que los nueve departamentos bolivianos ya están en “nueva normalidad” este año con la reactivación de la totalidad de las actividades que se habían limitado por la pandemia en 2020 y 2021.
Bolivia vive este año una “nueva normalidad” con la reactivación de las actividades masivas, aforo al 100 por ciento de los eventos, apertura total de negocios, campos deportivos, sin restricciones de horarios en el transporte público, reinicio de clases educativas de forma presencial y otros movimientos orientados a la recuperación económica.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Salud y Deportes, la nación andina experimentó la cuarta semana epidemiológica de reducción de casos positivos de la COVID-19, con un acumulado hasta el lunes de 1.100.820 positivos y 22.196 decesos relacionados con el virus desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020.
El ministro aseveró que la resolución establece que la población debe considerar como una medida de prevención efectiva la vacunación contra la COVID-19, que es voluntaria y gratuita.
“No estamos eliminando el uso del barbijo, estamos flexibilizando las medidas de bioseguridad, que en su momento han sido y estamos seguros, seguirán siendo beneficiosas para precautelar la salud de la población. Además, se debe considerar a la vacunación como la medida de prevención más efectiva”, aclaró.
Hasta el lunes, el país lleva 14,92 millones de dosis de inoculación aplicadas contra el virus, entre la primera, segunda, tercera, cuarta y unidosis a la población vacunable mayor de cinco años de edad.
El Consejo Nacional Estratégico para Emergencias Sanitarias dejó en manos del Ministerio de Trabajo definir si se retorna a la jornada laboral discontinua, como antes de la pandemia, o mantiene el horario continuo.