Por R. Aidée Aguilar Esquivel
Son varios los factores que contribuyen para que las sociedades y gobiernos no actúen inmediatamente; sin embargo, podemos mencionar los principales, el escepticismo, la desinformación del tema, así como los intereses específicos por parte de magnates, han provocado indiferencia y desinterés para actuar y aplicar las soluciones. El cambio climático es el principal reto que debemos de afrontar.
La Tierra, a lo largo de su historia ha tenido cambios naturales, hasta generar a las condiciones propicias para la vida como la conocemos; sin embargo, actualmente el consenso científico afirma que hemos aumentado la temperatura promedio del planeta, a causa de nuestras actividades diarias; lo que ha desembocado en la causa de la actual crisis climática debido a los humanos.
Ahora bien, a partir de la Revolución Industrial van a surgir sociedades diferentes, llenas de avances y progresos, todo ello a costa de los recursos del planta. Con la llegada de estos progresos se aumentó la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón), la deforestación, la agricultura, la explotación de selvas y bosques etc., lo que provocó aumento excesivo de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, metano, vapor de agua, oxido nitroso, entre otros. Los cuales se concentran en la atmósfera, en los océanos y en la tierra, lo que da pauta a que el planeta se caliente, provocando variaciones en las estaciones del año y en los estados del tiempo en todo el mundo. Pensemos que las primaveras, el verano o el invierno ya no tienen las temperaturas que los caracterizaban.
Cuando vemos notas de glaciares fragmentándose y derritiendo, también hay que ver los efectos de esto. Al derretirse se destruye a su vez el hábitat de especies como osos polares, pingüinos, entre otros. Por otro lado, tiene como consecuencia el aumento del nivel del mar; desaparecen las superficies blancas que ayudan a que la radiación no se quede en la atmósfera y se regrese al espacio, para no calentar el planeta; cuando se derriten los glaciares, una parte del agua se gasifica y genera huracanes más intensos, estos destruyen el hábitat de diversas especies así como los hogares de millones de personas que viven en las zonas costeras, debido a las inundaciones.
Otro de los efectos son las sequías, la escasez de agua y de alimentos, la desertificación de la tierra, esto propicia que las personas migren hacia otros territorios o se conviertan en refugiados climáticos. Esto ya sucede en el norte de México y en otras partes del mundo.
Vivimos y actuamos con base en un modelo económico hegemónico, el cual nos dicta cómo debemos de vivir, lo cual nos ha llevado a ser sociedades de consumo excesivo, a partir de la creación de necesidades inexistentes que surgen como una forma de fomentar el consumo. De tal manera que todo lo que adquirimos, los alimentos, la ropa, los aparatos electrónicos, los autos de gasolina, y demás, contribuyen, de una u otra manera a la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero.
Las personas no concebimos la vida sin el uso cotidiano de combustibles fósiles, a pesar de que ya existen otro tipo de energías que son renovables y que tienen menor impacto de emisiones.
Nos han enseñado a pensar y a actuar con base a la idea de que los humanos somos los seres supremos, los dueños de la naturaleza y gracias a ello estamos acabando con todo, incluso con nuestra especie. No nos damos cuenta que sin los océanos, sin las capas de hielo, las superficies blancas, los bosques etc., no existiríamos. Las consecuencias del cambio climático son en extremo catastróficas.
La manera en cómo estamos viviendo nos está llevando a la destrucción del planeta, de otras especies y, de la misma humanidad. Los científicos comparten que si actuamos con conjunto, sociedad y gobiernos, se pueden evitar daños irreversibles.
Recordemos que el cambio climático no solo es un problema ambiental, también es social, político, económico y, por supuesto, moral. Aunque no se trata de ser buenos o malos, sino de ser personas conscientes con la realidad.
Las grandes corporaciones han apostado todo a la mejora de su economía, pasando por encima de los recursos naturales como si fueran inagotables, provocando contaminación y otras consecuencias, pero no se han percatado que sin recursos no podrán seguir generando riqueza.
Entonces, ¿cómo puedo contribuir a mitigar los efectos del cambio climático? En lo inmediato se requiere un cambio de conciencia, estar informados pero recurrir a fuentes confiables. Hacer de los eco tips una práctica diaria en nuestros ámbitos de la vida como, desconectar electrodomésticos y artefactos electrónicos que no usamos al momento, cambiar los foco por los ahorradores, apagar las luces en el día, aprovechar la luz solar, porque al encender cosas como los focos, las estufas, los autos, estaremos generando quema de combustibles. También podemos reducir el tiempo de la ducha, usar vaso al cepillarnos los dientes, consumir más alimentos y productos orgánicos que fueron elaborados de manera sustentable, cuidar al máximo el agua, cerrar las llaves, revisar que nuestras tuberías estén en buenas condiciones, no generar grandes cantidades de basura, deslindarnos de los plásticos, comenzar a usar las bicicletas para desplazarnos, con ello no sólo no contaminas sino contribuyes a mejorar tu salud, pero también puedes hacer uso del transporte público en lugar de usar un auto, que muchas veces lo usa una sola persona. En su defecto, hacer autos amigables, compartir los viajes con más personas cercanas o de confianza. Dejar de consumir carne o reducir su consumo. Cuidar las áreas verdes, exigir que se protejan las reservas naturales, los manglares, selvas, bosques, humedales. Dejar de consumir sólo por pensar que nos da estatus social. En fin, existen muchos cambios que podemos aplicar.
Sin duda estas acciones diarias contribuirán a frenar el cambio climático, pero también es imperativo que exijamos a los gobiernos la creación de políticas públicas ecológicas, que se llevan a cabo las normativas internacionales a las cuales se han adscrito. De igual forma, exigir que las empresas y las industrias cambien sus productos y la manera en cómo los crean, por elaboraciones sustentables.
Tengamos en cuenta que las industrias metalúrgicas, petroquímica, ganadera, automotriz, textil, se enriquecen sin importar el costo natural y medioambiental. Hay que darnos cuenta que los cambios se pueden hacer desde lo individual hasta lo social.
Es hora de darnos cuenta que, si no hay demanda de productos que no son sustentables, no habrá producción, por consiguiente se verán obligados a transformar sus productos por otros sustentables.
Si no comenzamos a hacer algo al respecto, habrá alteraciones graves, daños irreversibles. La Tierra puede continuar, la naturaleza siempre ha cambiado y sufrido transformaciones y las ha superado, pero, el ser humano o los otros seres vivos no podremos sobrevivir.