China podría establecer su objetivo anual de crecimiento económico en “alrededor del 5,5 %” para el 2022, un nivel posible gracias a políticas moderadas de flexibilización que irán a la par con las expectativas del mercado, señaló un importante economista.
“Es probable que los planificadores fijen la tasa de avance del PIB para el próximo año en alrededor del 5,5 %”, apuntó Hu Yifan, directora de inversión regional y jefa de macroeconomía Asia-Pacífico de la Gestora de Patrimonio Global UBS, una de las más grandes de su tipo en el mundo.
Los responsables de la formulación de políticas deben evitar una cifra muy baja que cree temor por una desaceleración económica en picada, al mismo tiempo no tan alta que sea difícil de lograr, dijo Hu.
El objetivo del 5,5 % puede servir en ambos casos, con el uso del término “alrededor” que ofrece flexibilidad para hacer frente a las incertidumbres existentes, declaró Hu.
Añadió que la meta entre el 5 % y el 6 % no se puede descartar. Sin embargo, un escenario con el límite inferior del 5 % es poco factible, dado el objetivo de este año de más del 6 %, lo que podría dar la impresión de un recorte considerable.
Sus comentarios llegan en plena Conferencia Central del Trabajo Económico, la cual se espera establezca la agenda económica de China para el 2022 y brinde directivas sobre cómo lidiar con riesgos de retroceso surgidos en los últimos meses.
Si bien la presión a la baja, debido a un sector de la propiedad en descenso y escasez energética podría continuar en el primer trimestre del próximo año, la economía china experimentaría un nuevo repunte a partir del segundo a medida que estos efectos se desvanecen y el respaldo continúa, destacó Hu.
Mayor inversión en infraestructura, una sólida recuperación del consumo y un rendimiento de exportación más lento pero resistente dará ímpetu al crecimiento el próximo año, con un pronóstico de avance anual del PIB de UBS del 5,4 %.
Tal nivel marcará un rendimiento constante en comparación con el 2021, ya que el crecimiento anual de este año podría ser del 5 % en un base promedio de dos años que corrige las distorsiones de una base de comparación baja en 2020, dijo.
Agregó que la política china de este año seguirá posiblemente en 2022 y en los años que vengan, lo que significa más tolerancia para la desaceleración económica y un enfoque mayor en las reformas estructurales.
En ese contexto, se espera que los planificadores implementen medidas macroeconómicas estables con ajustes de protección ante caídas abruptas, y también eviten giros políticos bruscos, sostuvo la especialista.
“Creemos que una mentalidad de este tipo es propicia para el desarrollo saludable a largo plazo de la economía china, ya que evitará cambios drásticos que puedan dañarla y creará expectativas de crecimiento constante”, anotó.
“De 10 a 15 años, el crecimiento del PIB chino puede ingresar a una era de avance medio, entre el 4 y 5,5 % interanual, un rendimiento fuerte en función a su tamaño. Tal prospecto estable ha creado el interés de inversores extranjeros en el mercado chino”, puntualizó.
En el frente monetario, China podría reducir el índice de requisitos de reserva de por dos o tres el próximo año a fin de amortiguar cualquier riesgo económico a la baja.
En tanto, el Gobierno central podría ampliar el gasto y motivar más capital privado en áreas clave como fabricación de alta gama, inversión verde e infraestructura inteligente, dijo Hu. Además, la proporción déficit-PIB del próximo año y la cuota de bonos especiales de los gobiernos locales podría mantenerse sin alteraciones en comparación con el 3,2 % y 3,65 billones de yuanes de este año ($ 575 000 millones) respectivamente.
Un libro azul sobre economía china, publicado recientemente por la Academia China de Ciencias Sociales, indicó que es sensato que el país fije la relación déficit – PIB en 2022 en más o menos el 3 %, lo que representa una escala de déficit de aproximadamente 3,7 billones de yuanes, hasta 130 000 millones de yuanes más respecto al 2021.