Se cumplen 20 años desde que China se unió a la Organización Mundial del Comercio. El país se ha destacado en el valor del comercio durante ese tiempo. Pero aún enfrenta críticas por el trato preferencial de las empresas nacionales, los derechos de propiedad intelectual y otros temas.
En un discurso grabado en video el mes pasado, el presidente chino, Xi Jinping, dijo: “China promoverá el desarrollo de un comercio equilibrado”.
Xi enfatizó su plan de proceder con la apertura de la economía de China. La esperanza es asumir un papel de liderazgo en el comercio de la región de Asia y el Pacífico.
El comercio y la inversión del país han crecido significativamente desde que se unió a la OMC, ya que redujo los aranceles y abrió su mercado.
La participación de China en el comercio mundial era del 3,6 por ciento antes de convertirse en miembro. Pero esa cifra se elevó al 13,1 por ciento el año pasado, y el país superó a Estados Unidos para convertirse en el mejor jugador del mundo.
La participación de Beijing en la OMC ha beneficiado a los fabricantes nacionales, incluida la empresa de electrodomésticos Galanz.
Las exportaciones de la empresa se han multiplicado por 12 en los últimos 20 años, lo que la convierte en uno de los principales productores de productos electrónicos del país.
Las empresas japonesas, incluidas las principales firmas de automóviles y autopartes, también han ampliado sus operaciones en China.
Los expertos dicen que el país de 1.400 millones de personas ha avanzado su posición como uno de los principales destinos de exportación del mundo.
Al mismo tiempo, los críticos señalan una serie de preocupaciones con respecto a las prácticas comerciales de China.
Uno de ellos es el trato favorable de Pekín a las empresas nacionales, como la concesión de subvenciones estatales.
La OMC y otros dicen que China no ha sido transparente sobre tales políticas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dicho: “Insistiremos en que China respete las reglas internacionales, la competencia justa, las prácticas justas, el comercio justo”.
En medio de las crecientes tensiones con EE. UU., China está tratando de llevar las cadenas de suministro a tierra. A los expertos les preocupa que los productos fabricados fuera de China puedan quedar excluidos del mercado del país como resultado.
Queda por ver cómo responderá Pekín a las críticas de otros países sobre sus prácticas.