El Gobierno de Brasil anunció que la deforestación de la Amazonia se disparó en los últimos 12 meses hasta alcanzar el nivel más alto en 12 años. La mayor selva tropical del mundo, clave para frenar la crisis climática, perdió 11.088 kilómetros cuadrados de árboles.
Este aumento del 9,5% respecto a 2019 pone en evidencia los graves efectos de la política del presidente, Jair Bolsonaro, de debilitar las inspecciones medioambientales, alentar la impunidad para los invasores de tierras y despreciar a los publos originarios que quieren preservar sus tierras, consignó El País.
“No estamos aquí para celebrar nada de esto, porque esto no es para celebrar“, indicó duranta la presentación de los datos el vicepresidente de dicho país, Hamilton Mourão, quien estuvo en compañía del ministro Ciencia, Marcos Pontes. Además, vicepresidente animó a los inspectores a seguir haciendo su trabajo guiados por la ciencia, la tecnología y la ley.
La cifra conocida este lunes es resultado de las mediciones que realiza mediante satélites el Instituto de Investigaciones Espaciales (INPE por su sigla en portugués), correspondiente a un balance anual que abarca la superficie de árboles destruida entre agosto de 2019 y julio de 2020.
La destrucción de la Amazonia superó en 2004 los 27.000 kilómetros cuadrados (casi el triple que ahora), durante el primer año de Lula da Silva como presidente. A partir de entonces la destrucción anual de árboles fue disminuyendo hasta alcanzar en 2012 los 4.570 kilómetros cuadrados (el mínimo desde que hay mediciones). Y a partir de ahí, con Dilma Rousseff en el poder, comenzó de nuevo el aumento hasta alcanzar la cifra actual.