Por. Enrique Ramírez García
¡Con mi cariño y afecto para usted Angélica Jiménez Avalos!
Hace 29 años, el miércoles 16 de marzo de 1994, una semana previa a su gira de campaña por Tijuana, conocí al candidato priista Luis Donaldo Colosio Murrieta en casa del gran periodista Raúl Cremoux, tuvo a bien invitarme a un desayuno con el entonces conductor de Canal 40, mi maestro Miguel Ángel Granados Chapa (QEPD).
Al llegar a su casa en avenida San Fernando al sur de la ciudad frente a lo que sigue siendo el Consejo Tutelar para Menores Infractores, me llevé una grata sorpresa ya que entre los comensales se encontraban Luis Colosio Murrieta, el periodista y amigo Carlos Ramírez y el general Domiro García Reyes, su jefe de escoltas durante su malograda campaña.
Vino la presentación de parte de Granados Chapa y de inmediato entramos a una camarería olvidando al intruso que era yo, pude sentir y percibir de manera inmediata a un tipo carismático, franco, honesto, humilde, el cual escuchaba cualquier tipo de consejo de los convidados y aceptaba sin chistar los comentarios vertidos en el desayuno.
Al terminar el desayuno vino el saludo y despedida de los presentes con el anfitrión, el cual salió a despedirnos al portón de su casa, suscitándose una grata sorpresa ante los ojos de todos los presentes en el fraccionamiento, entraba en ese momento el camión de la basura y hacía sonar la campana el chalán y gritando a pecho abierto… ¡la basura, la basura, la basura!
Las chicas del servicio doméstico y vecinas de Cremoux, al identificar a Luis Donaldo Colosio de inmediato comenzaron a vitorearlo y gritaban arengas a favor del candidato priista, sin pensarlo, Colosio correspondió el gesto y cruzó de manera espontanea la calle para subirse al estribo del camión de la basura y saludar de mano al conductor.
En seguida saludo a los demás integrantes del camión de la basura y se dirigió a saludar de mano a cada una de las empleadas domesticas rompiendo con la tranquilidad del vecindario, las mismas empleadas corrieron a informar de manera inmediata a sus contratantes de que el candidato Colosio se encontraba afuera de su casa saliendo de manera inmediata con pijama, tubos en la cabeza, sin peinarse, en chanclas para saludar a su candidato.
Fue todo un fenómeno el momento ya que no había una sola cámara de televisión, reportero o fotógrafo alguno, todo fue espontaneo y los únicos que atestiguamos el hecho éramos los comensales invitados al desayuno por Raúl Cremoux y los vecinos del lugar.
Después de los hechos Luis Donaldo Colosio abandonó el fraccionamiento acompañado de Carlos Ramírez, seguido en otro auto por el general Domiro García y con los vítores y arengas de los vecinos.
Los designios de Dios son difíciles de entender o son puras coincidencias de la vida ya que, a los ocho días de dicha reunión, el miércoles 23 de marzo de 1994 a las 17:12 horas de Tijuana, 19:12 de la Ciudad de México se daba a conocer el magnicidio en contra del malogrado candidato priista a la presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas.
Los primeros momentos fueron de angustia, dudas, conjeturas, la teoría de un solo tirador, algo no creíble no de aquel momento, sino hasta la fecha, algo bien tramado desde el poder para traicionar al candidato incomodo por su pensar y sentir a favor del pueblo.
La secta del poder, o sea, el cuadro priista reunido prácticamente en su totalidad en Tijuana me pareció en aquellos tiempos ver a la mafia siciliana estar presente en el lecho de muerte de su rival político para confirmar y dar fe de su deceso y desde el centro del poder un presidente moviendo los hilos según sus intereses políticos.
Han pasado 29 años de tragedia en Lomas Taurinas y no ha habido quien me explique la actuación facinerosa del ex gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones aquella noche de la tragedia, ¿usurpó funciones con autorización de quién?
Esa noche, Manlio Fabio tomó posesión de la PGR y asumió el cargo de “procurador”, haciendo aun lado a Valadez Ríos ante los medios de comunicación, ofreciendo declaraciones de los hechos del magnicidio y tomando el caso en sus manos.
Le arrebató al “primer” tirador de Lomas Taurinas a la Procuraduría General de la República, encabezada por Diego Valadez Ríos, al día siguiente de los hechos los medios de comunicación locales dieron a conocer que, en las playas de Rosarito, en un taller mecánico se encontraba un personaje muerto muy parecido al asesino de Luis Donaldo Colosio.
De ahí nacieron las grandes dudas de que el Mario Aburto “hombre Águila”, detenido posteriormente en Tijuana no era el primer tirador del magnicidio ya que no coincidían las imágenes aparecidas en las televisoras sobre el primer tirador, había sido maquillado el lugar de los hechos y el autor material era un personaje totalmente diferente al aparecido ante los medios de comunicación.
Otros personajes “muertos” políticamente por el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta fueron Diego Valadez Ríos y Manuel Camacho Solís, el primero sufrió las consecuencias del arrebato de su PGR a manos de Fabio Beltrones y hasta la fecha se encuentra recluido y olvidado en su oficina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Camacho Solís (QEPD) sufrió el escarnio público de los ciudadanos del país quienes lo acusaron de manera directa como autor intelectual del asesinato de su colega por sus aspiraciones a la presidencia de México.
Los fiscales designados por Carlos Salinas de Gortari para esclarecer el magnicidio de Colosio Murrieta pasaron de noche con sus investigaciones ya que Olga Islas, Pablo Chapa Bezanilla, Luis Raúl González Pérez y Miguel Montes no quisieron llegar al fondo del asunto y únicamente volvieron bodega papelera las oficinas de la fiscalía en Insurgentes y Yosemite en la Colonia Nápoles.
Finalmente, el ganón de la enmarañada muerte de Luis Donaldo Colosio fue Ernesto Zedillo Ponce de León quien asumió la presidencia de la República el 1 de diciembre de 1994 hasta el 30 de noviembre de 2000.
Y Quien se pudo quitar de manera inmediata el peso del Maximato de Carlos Salinas de Gortari al encarcelar al hermano del expresidente Raúl Salinas de Gortari por malos manejos en Diconsa y otras bellas fechorías del hermano incómodo y exiliar en Dublín al ex presidente de México.
Este es la frase del discurso pronunciado el 6 de marzo de 1994 por Luis Donaldo Colosio, el cual marcó su carrera política: “Yo veo un México con hambre y sed de justicia”.