Ciego de Ávila.- PIDO permiso a los parciales de Matanzas para no profundizar hoy en las causas de su merecido liderazgo en la 60 Serie Nacional de Béisbol.
Comentaré sobre tres equipos ubicados en los puestos del octavo al décimo en la tabla de posiciones. Ciertamente, dos de esos pierden más de lo que ganan, pero en mis vaticinios precompetencia no los imaginaba en la disputa de la postemporada casi a la mitad del calendario.
Holguín, ocupante de la oncena plaza, está a solo 3,5 juegos de la zona de clasificación. Hablamos del mismo conjunto que el pasado año finalizó en el lugar 12 de la etapa regular.
Villa Clara, actualmente décimo, se conformó con el puesto 13 en la anterior lid, pero ahora dista a 2,5 partidos de la zona de calidad.
Significativo, no obstante, que muchos aficionados de ambos conjuntos expresen inconformidad a través de las redes sociales de internet, y que algunos sostengan que solo estarían tranquilos si se ubicaran en los tres primeros sitios del escalafón.
Esa exigencia extrema de los aficionados hacia sus equipos ofrece vida a la campaña beisbolera. Y los protagonistas del evento deben estar consciente de ello. El béisbol, el deporte, no existiría tal como lo conocemos sin esa natural presión de los públicos.
Los Azucareros tienen el peor bateo del certamen, pues promedian 50 puntos menos que la media del campeonato (300). Los Cachorros presentan un pobre pitcheo abridor, retrasado al escaño 14 con PCL de 5,78. Aun así, ambas escuadras mantienen aspiraciones de disputar los octavos de final.
En cuanto a Pinar del Río, si bien algunos especialistas le daban posibilidades, la escasez de buenos bateadores obligaba a ser precavidos antes de confiarle un pasaje a la etapa decisiva, por más que su pitcheo fuera estelar.
Sin embargo, los Vegueros marchan octavos en la lid gracias a un PCL de 4,31, el segundo mejor del campeonato. Y su ataque (275), por el contrario, es el penúltimo de la lista, solo mejor que el de Villa Clara (250).
No podemos augurar todavía finales felices para este trío de equipos, pero sus ubicaciones actuales merecen ciertos elogios. Están cerca de “la verdad”. Otro enfoque tocaría a Las Tunas y Ciego de Ávila, tema de otro comentario.