Cuba busca incrementar los rendimientos en sus principales polos productivos de cacao y coco, los cuales están ubicados en el municipio de Baracoa, en la oriental provincia de Guantánamo, a más de 900 kilómetros de la ciudad de La Habana, según la exposición de los propios productores.
Productores locales esperan que una buena cosecha de estos frutos pueda cubrir parte de la demanda local e incentivar las exportaciones del país, en medio de los cambios operados por el nuevo ordenamiento monetario y la intensificación de la política de bloqueo de Estados Unidos contra la nación caribeña.
En tal sentido se pronunció el productor Leonardo Bravé, quien le ha dedicado casi la mitad de su vida a la siembra, el cultivo y la recogida del cacao a las afueras de Baracoa.
“El cacao es parte fundamental de nuestras vidas. En esta finca se entregan anualmente más de 100 quintales. De este modo podemos contribuir con el avance de la economía”, comentó Bravé, de 64 años de edad, mientras una fina llovizna comenzaba a caer en medio de la plantación.
Pero antes de que el fruto del cacao se convierta en barras de chocolate o cualquier otro producto realizado de manera artesanal o industrial, es necesario que pase por distintos procesos como el secado de las semillas, un procedimiento que tarda alrededor de seis días si las condiciones del clima son favorables.
El director del Centro para el Beneficio Seco del Cacao en Baracoa, Raúl Aranda, dijo en ese sentido que en el lugar se seca entre un 30 y un 60 por ciento del cacao que se produce en el municipio.
“La excelencia del cacao de Baracoa viene de su suelo, además de que el proceso de secado se hace de manera natural. Este cacao está en condiciones de competir con otras producciones en el mundo”, agregó.
En los viveros tecnificados para el abastecimiento de las cooperativas agropecuarias y los productores privados se protegen cientos de miles de posturas, previo al inicio de la etapa de plantación de cacao en la segunda quincena del mes de agosto.
“Se trata de que las posturas estén en buen estado. El riego de las plantas depende de las condiciones ambientales. En ocasiones es preciso regarlas tres veces al día”, dijo a Xinhua la trabajadora de uno de los viveros, Idalnoris Oliva.
En Baracoa se encuentran almacenadas más de 3.000 toneladas listas para ser procesadas por la fábrica de chocolate del municipio.
En paralelo, las autoridades locales impulsan el desarrollo de la industria del coco, la cual aún se recupera de los impactos provocados por el huracán Matthew en 2016, con la afectación de más de medio millón de plantas.
En Baracoa hay alrededor de 4.600 hectáreas sembradas de coco en la actualidad y existen planes para la exportación de este producto.
En la localidad se cultivan las variedades de coco indio con tonalidades verde, café con leche y cobrizo, lo que posibilita la baja prevalencia de plagas y enfermedades contra el cultivo.
En el vivero de coco de playa Duaba se siembran las posturas que son usadas por alrededor de 2.000 productores que tienen en este cultivo su principal sustento económico.
El especialista principal del cultivo de coco en el municipio de Baracoa, Walter Guerra, quien por más de dos décadas ha trabajado en este sector, explicó que las condiciones del clima convierten al coco producido en estas tierras en algo especial.
“Las posturas hacen una estadía de cuatro meses para la siembra hasta que alcanzan la altura adecuada para el trasplante. Luego se toman unos cinco años para la germinación. En el vivero tenemos unas 25.000 posturas ahora mismo”, comentó a Xinhua.
Además de abastecer a la provincia de Guantánamo, el coco de Baracoa tiene como destinos los territorios de La Habana y Pinar del Río, en el occidente de Cuba; los de Camagüey y Ciego de Ávila en la zona centro, así como Holguín, Santiago de Cuba y Granma en el oriente.
Dentro del programa de desarrollo de la provincia de Guantánamo de cara al 2030, se han identificado más de 5.000 hectáreas para el cultivo de coco en los municipios de Baracoa, Imías y San Antonio del Sur.
Baracoa tiene el plan de producir alrededor de 160.000 posturas de coco para el país en 2022, de acuerdo con los estimados del gobierno local.
Entre los usos actuales del coco en Cuba está la producción de aceite, dulces y confituras, así como la fabricación de falsos techos en la industria de la construcción, además del diseño de muebles y objetos artesanales.
Las autoridades locales estiman que los cultivos de cacao y coco puedan ayudar a la reactivación económica del territorio a más de dos años del inicio de la pandemia del nuevo coronavirus en Cuba.
