El Gobierno de Cuba busca incrementar las capacidades de la isla para la producción de vacunas contra el nuevo coronavirus y otros fármacos de producción nacional con la puesta en marcha de un nuevo complejo biotecnológico en la Zona Especial de Desarrollo del puerto del Mariel.
A menos de una semana de su inauguración, el CIBG-Mariel, ubicado en la provincia de Artemisa, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, ya se prepara para dar salida a sus primeros lotes de Abdala, una de las tres fórmulas contra la COVID-19 con autorización en la nación caribeña, antes del cierre de 2021.
El director de producción del complejo biotecnológico, Arturo González, dijo a Xinhua que esta instalación pondrá a Cuba en condiciones de dar una respuesta más efectiva ante la emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, así como de facilitar la exportación de las vacunas cubanas.
“Los laboratorios del área de control de la calidad han sido equipados con alta tecnología. Contamos con dos líneas con capacidades productivas de 12.000 y 3.000 bulbos por hora para el llenado de productos líquidos y liofilizados. Estamos en la fase inicial”, comentó a Xinhua.
En 2021, Cuba espera vacunar contra la COVID-19 a la totalidad de su población elegible, incluidos los niños mayores de dos años, a partir de las vacunas de fabricación doméstica Soberana 02, Soberana Plus y Abdala, esta última producida por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
El presidente del grupo estatal BioCubaFarma, Eduardo Martínez, aseguró que en estas instalaciones podrá realizarse el proceso de precalificación de Abdala por parte de la Organización Mundial de la Salud, la cual ya se encuentra en conversaciones con la nación insular.
“Estamos previendo para 2022 el envío de vacunas a diferentes países del mundo”, informó, al tiempo que destacó la efectividad demostrada por las fórmulas de producción nacional en la campaña de inmunización contra el nuevo coronavirus que tiene lugar a lo largo de la isla.
Con capital 100 por ciento cubano y tras poco más de cuatro años de labores constructivas, CIGB-Mariel es el primer proyecto de alta tecnología de los tres ya aprobados por las autoridades cubanas para ser establecidos en esta área para el incentivo de la inversión extranjera.
La directora general del CIGB, Marta Ayala, dijo que la nación insular ha trabajado de manera intensa en el proceso de registro sanitario para comercializar sus vacunas en otras partes del mundo y anunció que ya se han administrado más de 23 millones de dosis de Abdala en territorio nacional.
“Aportando a la salud cubana logramos controlar la pandemia, pero también podemos aportar a la economía cubana. Ya en este momento hemos comercializado la vacuna en Venezuela, Vietnam y Nicaragua y seguimos el intercambio con otros socios comerciales que tiene Biocubafarma y el CIGB, en particular “, desgranó.
El CIGB-Mariel también llevará adelante la producción de CIMAVAX, la vacuna cubana contra el cáncer de pulmón en ensayos clínicos en la isla y Estados Unidos como parte de los estudios conjuntos entre el Centro de Inmunología Molecular de Cuba y el Instituto Roswell Park, en New York.
Precisamente, la Zona Especial de Desarrollo Mariel vislumbra el nacimiento de la empresa “Innovative Immunoteraphy” como proyecto futuro en el terreno de la industria biofarmacéutica tras la alianza del centro de investigación estadounidense y dos entidades cubanas.
Además, se espera que una iniciativa nacida entre empresas del terreno de la biotecnología en Cuba y México permita, en los próximos años, identificar productos novedosos y atraer fuentes de financiamiento en esta área estratégica para el despegue de la economía en la isla.
La directora de la Oficina Zona Especial de Desarrollo del Mariel, Ana Teresa Igarza, ve con muy buenos ojos la apuesta de Cuba por la industria biofarmacéutica y considera muy positivos los esfuerzos que se realizan para impulsar la innovación en esta área de la economía nacional.
“Este nuevo centro prestigia la zona porque será validado de manera regular por autoridades regulatorias internacionales. Lo que se va a producir aquí tiene alta importancia para la salud humana y la vida económica del país”, agregó.