Por: Enrique Ramírez García

En el año de 1998, después de varias reuniones en la casa gris de la calle Jalapa, frente a lo que fue el CEN del PRD capitalino en la colonia Roma, el periodista y maestro Miguel Ángel Granados Chapa (QEPD), fue convencido por Andrés Manuel López Obrador y el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, para lanzarse como candidato a la gubernatura del estado de Hidalgo en 1999 por la coalición de los Partido de la Revolución Democrática y Partido del Trabajo.

Esa decisión de buscar la candidatura a gobernador de Hidalgo me sorprendió demasiado ya que el maestro estaba dedicado en cuerpo y alma al periodismo, desde mi punto de vista fue un gran error que lo llevó al “matadero político”, así lo reconoció más tarde y me lo hizo saber en uno de eso viajes que realizábamos constantemente de Hidalgo a la Ciudad de México.

Era una lucha desigual e inequitativa para enfrentarse al putrefacto PRI que se encontraba arraigado y lleno de corrupción en Hidalgo, con el paso de los días en la campaña entendí que el maestro no nada más tenía rival político sino al interior de los partidos a los que representaba en la coalición.

Pude constar que fue vilmente utilizada su imagen por los cuadros de aquella época del Sol Azteca, ya que el líder del partido en el estado Luciano Cornejo, en cada recorrido de la campaña le asestaba un golpe económico al maestro con el argumento de que no había dinero para la campaña, ya que según él partido no depositaba las famosas prerrogativas para ello.

Con el argumento de que le repondrían los dineros prestados para la campaña política, Granados Chapa sacaba del lado izquierdo de su camisa blanca un cheque en blanco que siempre traía consigo para cualquier imprevisto y lo llenaba con una cantidad considerable, el cual registraba yo casi de inmediato. Por lo cual puedo asegurar que el maestro pagó de su bolsillo gran parte de esa fallida campaña electoral.

Al paso de los días y con el arranque de la campaña electoral tuve la oportunidad de conocer a un personaje suigéneris de nombre Nicolás Mollinedo “Nico”, un hombre modesto, sencillo, de buena charla, era el chofer del famoso Tsuru que transportaba al “peje” Andrés Manuel López Obrador a todos los municipios que visitábamos en ese bello estado de Pachuca de Soto, cuando le era posible acompañarnos.

“Nico”, era pieza importante y operador político de aquel triangulo perverso, López Obrador y César Yáñez Centeno, pero hasta ese momento era únicamente el chofer y escolta del líder perredista, sin saber que en aquel Tsuru traía los “viáticos” necesarios para pagar todos los caprichos del tabasqueño y otras cosas más.

Tiempo después, Nicolás Mollinedo, también le acompañó a López Obrador como chofer cuando asumió la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), el prácticamente fue el creador y quien incorporó a las famosas “gacelas” para el cuidado y protección de su patrón, esto le triplicó el poder en la capital del país al super poderoso “Nico”.

Algo que alejo aparentemente a Mollinedo de su jefe, fue el verse descubierto que el modesto chofer del Tsuru blanco de López Obrador poseía un sueldo de 63 mil pesos al mes y otras prebendas. El sueldo de “Nico”, causó un revuelo y escándalo en la administración Obradorista que terminaron alejándolo del gobierno para calmar las aguas.

Así, “Nico” dejó de manejar el austero Tsuru blanco y pasó a ser director de Recolección y Tratamiento de Residuos Sólidos en 2015, en la entonces delegación Cuauhtémoc, a cargo de otro incondicional de López Obrador, llamado Ricardo Monreal, delegado en ese entonces de la demarcación política.

A partir de ese momento vino el destierro de Nicolás Mollinedo y dejó de ser aparentemente la sombra de López Obrador, tal y como sucedió con su asesor de cabecera César Yáñez, esto no fue causa para dejar de atender sus asuntos personales y prueba de ello fue nuestro reencuentro en las instalaciones del Instituto Federal Electoral, ahí “Nico” y su servidor trabajamos de la mano la logística para el registro de la candidatura de Andrés Manuel para la elección federal de 2012.

El incondicional dejaba ver y aprovechaba todo el poder otorgado por el mesías tropical ya que a su paso y en un recorrido por las instalaciones del IFE se podía ver en su rostro su arrogancia, se volvió un tipo déspota y grosero en tan poco tiempo, la humildad la abandonó en el camino del poder supremo y ahora respiraba y ejercía el mando en contra de la gente del Estado Mayor que nos visitaba.

Al igual que su jefe, no aceptaba propuestas, las cosas debían ser tal y como él lo proponían y decidía, la gente del órgano electoral podía ver y sentir su gran indolencia y necedad, parecía que se encontraba en su casa y daba ordenes como si todos fuéramos sus empleados, ahí me di cuenta de que el amigo se había perdido y recordaba el gran dicho: el qué nunca ha tenido y llega a tener, loco se quiere volver…igualito a su patrón.

Después de eso, no volví a saber nada de él, hoy nuevamente se encuentra en la palestra, pero de manera negativa, los medios de comunicación y en particular una investigación de Loret de Mola en Latinus, lo señalan como uno de los excolaboradores del presidente que más beneficios económicos a obtenido junto con su familia durante su administración gracias al Tren Maya.

La investigación arroja que los hijos del del exchofer, Nicolás, Samuel e Issac René Mollinedo, son los nuevos ricos y dueños del parque turístico que construye en 64 hectáreas en Tulum, frente a la estación del Tren Maya, un complejo turístico que cuenta con un cenote, regaderas, palapas, área de comidas, baños y un centro comercial para la renta de snorkels; el costo del boleto por persona es una ganga, únicamente 500 pesos mexicanos.

El exchofer y operador político de López Obrador, con un sueldo de 63 mil pesos en la administración Obradorista se define en sus redes sociales como empresario, amante de la fiesta charra, amante de los caballos de pura sangre, autos clásicos y deportivos y aficionado a la pelota caliente tal y como lo da conocer Latinus en su investigación.

Aun no se ha inaugurado el Tren Maya en el sureste de México, pero el parque turístico ya se encuentra funcionando y está bajo la administración de la empresa Preservación Ecológica Sac Actun S.A de C.V., de la cual también son propietarios Lydia Ester Portilla Mánica, exesposa de Mollinedo y de su hermano Jorge Alberto Portilla Mánica.

Los hijos de Nicolas Mollinedo, ya con conocimiento de causa y del capricho presidencial fueron a lo seguro y tomaron posesión de la propiedad en octubre del 2018, dos meses después de que López Obrador, ya como presidente electo, anunciara con bombos y platillos la construcción del Tren Maya en el sureste del país.

Y para cubrirse como lo han hecho varios nuevos millonarios de la 4T, incluyendo al presidente con el Rancho “La Chingada”, la explicación de Nicolás Mollinedo Portilla, uno de los nuevos propietarios del parque turístico, es que el terreno lo recibió en 2018 como una donación de su tío César Augusto Portilla Mánica… ¿mucha casualidad, no les parece?

Y en diciembre de ese año, oficialmente, la empresa Preservación Ecológica Sac Actun fue designada como administradora del parque turístico hasta 2025.

¿Qué se tiene que hacer para que con un giño presidencial, sé de la orden para que en la puerta de mi casa me coloquen un gran negocio qué me deje millones de pesos y tenga un familiar a modo que me herede sus terrenos para tener un negocio redondo?

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *