Desde el karate al yoga, los estadounidenses los practican al aire libre, como nunca antes, y les encanta.
Recientemente, a medida que las temperaturas de otoño se enfriaban en Rock Island (Illinois), los estudiantes de música de Mara Goodvin, tocaron una canción alegre con sus xilófonos y tambores. Las notas de las marimbas, tubos largos montados en postes de 2,4 metros de altura, reverberaban en el aire, firmes y profundas.
Goodvin, que enseña a los niños en la escuela elemental de Ridgewood, les mostraba el ritmo y los estudiantes le respondían tocando.
Sin embargo esta clase no se realizaba en un aula escolar o en el foso de una orquesta. Se hacía en el nuevo “laboratorio musical”, de la escuela, un lugar donde los estudiantes crean canciones utilizando instrumentos instalados de manera permanente en el exterior de la escuela. Y en Ridgewood esa es la nueva norma.
“Lo que es verdaderamente estupendo al tener todos esos instrumentos ahí afuera es que en realidad son para todos”, dice Goodvin, que espera ampliar su laboratorio musical de los cinco instrumentos de la actualidad a 14 instrumentos en su momento. “El vecindario parece estar muy dichoso de la posibilidad de explorarlos. La gente se acerca y los toca prácticamente todos los días”.
La pandemia del coronavirus ha impulsado a los estadounidenses a realizar actividades al aire libre como nunca antes. De Nueva York a Seattle, los restaurantes convirtieron en zona de comedores sus espacios de estacionamiento externos, con mesas y calentadores portátiles. Los espectáculos teatrales y las funciones de comedia hallaron sitios al aire libre, mientras que las iglesias ofrecieron sus servicios a cielo abierto. El ballet, la gimnasia, el karate: todo se hace afuera. Y la pregunta que la gente se hace es la siguiente: ¿por qué no hemos hecho esto de estar afuera todo el tiempo nunca antes?
Todo a cielo abierto
Las actividades al aire libre están teniendo su momento en Estados Unidos, y las cifras lo demuestran. Casi 161 millones de estadounidenses dijeron que en el año 2020 tuvieron por lo menos una actividad fuera para distraerse. Esa cifra es más alta, por 7,1 millones que en 2019, y cuenta con más personas que nunca, según un informe de la Fundación Outdoor (al aire libre). Las actividades más populares fueron correr, con unos 64 millones de participantes, y las caminatas, con 58 millones. Los muchachos entre 6 y 17 años prefieren el ciclismo, acampar y pescar, indica el informe.
También el baloncesto, el fútbol y el béisbol siguen siendo muy populares, por supuesto. Aunque uno generalmente hace ese tipo de actividades al aire libre de todos modos, ¿cierto? Pero, ¿qué ocurre con otras actividades tradicionalmente realizadas en el interior?, ¿se están trasladando al aire libre como las clases de música en la escuela elemental de Ridgewood?
En resumen, sí.
“El estudio de yoga al que voy trasladó sus clases al aire libre, y eso me encanta”, dice Amanda Koumariotis en un grupo de Facebook (Basecamp: Outdoor Jobs & More) que se dedica a lo que ocurre en el sector de las actividades al aire libre.
Otra miembro del grupo, Martha Tuzson Stockton, dijo que toma clases de ukelele al aire libre y que con frecuencia se reúne con sus amigos para mirar los programas populares de televisión proyectados en el muro exterior del granero de un vecino.
“Y los autocines vuelven a ser muy populares otra vez, si eso cuenta”, dice Stephanie Merritt Johnson, cofundadora del grupo sin fines de lucro “B the Difference” (sé la diferencia).
Uno de los grandes impulsos para salir al exterior no tiene nada que ver con distraerse, sino todo que ver con el trabajo. Compañías como Apple y Nike, así como firmas más pequeñas e incluso propietarios de edificios de apartamentos, están creando espacios para que sus empleados y residentes puedan cumplir al aire libre con su trabajo. Otras compañías, como Industrious, crearon espacios donde cualquiera puede trabajar, “cotrabajar”, y muchos de estos espacios incluyen lugares que se ofrecen para trabajar y hacer reuniones lejos del encierro de las oficinas.
“El estar al aire libre es magnífico para el trabajo colaborativo”, dice Liz Simon, jefa de operaciones en Industrious. La gente sostiene reuniones mientras pasea por el bosque, o durante una excursión en el parque hacen una tormenta de ideas para un proyecto. “El tener diferentes tipos de oficinas, digámoslo así, para hacer diferentes tipos de trabajo es el nuevo futuro para las oficinas”, agrega. “Hay un beneficio físico y mental al estar al aire libre”.
En cuanto al laboratorio musical de Goodvin, el beneficio de estar al aire libre es claro. “Es una manera maravillosa de aprender”, afirma.