Por: Enrique Ramírez García
¡¡¡Con todo mi amor para el orgullo de mi nepotismo Ana Ramírez Gómez!!!
La memoria es un poco perversa y traicionera, trato de recordar muchas cosas sobre mi pasado y entro a una etapa de olvido.
Hace treinta años llegaste a nuestras vidas, al igual que tu hermana eran y siguen siendo el orgullo familiar y las consentidas de mis padres, siempre fuiste la excelencia y la perfección en los estudios.
Gracias a tu mamá quien siempre las impulsó hoy son unas profesionistas, son de carácter completamente diferente y disímbolas. Te recuerdo corriendo por el patio de la casa y escondiéndote detrás del vestido de tu abuela para no acercarte a mí, no me conocías y por ende me tenias un poco de “miedo”.
Fuiste la consentida y el orgullo de don Arcadio Ramírez Sánchez, quien tuvo el tino de motejarte como la “manzanita”, siempre estabas a su lado y veía con mucho orgullo el cariño que te tenía, algo que a nosotros como hijos nos faltó.
Era un agasajo viajar juntos en los periodos vacacionales, siempre con los cuidados y apapachos de doña Margarita García Guadarrama quien cuidaba hasta el ultimo detalle para que a sus nietas nos les faltara nada.
Empezaste a crecer y los ciclos escolares eran lo tuyo, siempre te dije con mucho amor que eras y sigues siendo el “orgullo de mi nepotismo”, traté en varias ocasiones llevarte por el camino del periodismo cuando me acompañabas a las coberturas de un mal “bicho” en el Zócalo de la ciudad, pero no era lo tuyo.
Hoy eres una gran arquitecta y te admiro por tu esfuerzo y perseverancia, eres muy trabajadora y perfeccionista.
Hoy debería de estar un poco triste por tu próxima boda, pero no, es todo lo contrario, creo que ha llegado a tu vida un buen hombre como lo es Alejandro y con quien unirán sus vidas para bien, el tiempo lo dirá. Por lo pronto yo les deseo lo mejor en esta etapa que iniciaran en unos días.
Lo único que siento será el despertar y no escuchar tu voz, tu sonrisa y también tus enojos. Ya no podré llamarte la atención por tus constantes peleas con mi hermosa Regina.
Agradezco a Dios la oportunidad brindada de ser tu padre, sabes que te amo y siempre estaré a tu lado para apoyarte. Eres mi vida mi querida “manzanilla”.
Les deseo a ti y a Alejandro lo mejor en sus nupcias, sobre todo mucho respeto, es el parteaguas de la felicidad.
Muchas Felicidades Ana y Alejandro!!!