El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, denunció la supremacía blanca durante una visita a la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York, donde el fin de semana pasado un pistolero asesinó a diez personas e hirió a otras tres, de ellas once afrodescendientes.
“La supremacía blanca es un veneno que corre por nuestro cuerpo político (…) Necesitamos decir tan claro y rotundamente como sea posible que la supremacía blanca no tiene espacio en EE. UU.”, declaró el mandatario.
Payton Gendron, un joven blanco de 18 años, abrió fuego en un supermercado de Buffalo el sábado, dejando un saldo de diez muertos y tres heridos.
Según se informó, Gendron pudo haber sido motivado por una teoría de la conspiración ultraderechista, según la cual los blancos estarían en riesgo de ser reemplazados por inmigrantes y personas de color.
El tiroteo está siendo investigado como un crimen de odio por motivos raciales.
“Lo sucedido aquí es simple y claro: terrorismo, terrorismo doméstico”, apuntó Biden, para quien “es violencia que sirve al odio, y es una sed viciosa de poder que define a un grupo de población inherentemente inferior a otro”.
El ataque de Buffalo fue el tiroteo más mortal ocurrido en lo que va de año en el país y uno de los al menos 202 incidentes similares registrados hasta mediados de mayo donde cuatro o más personas resultaron heridas o murieron, según el Archivo de Violencia por Armas de Fuego.
Más de 29.000 personas han sido asesinadas o heridas en sucesos violentos relacionados con armas de fuego en EE. UU. desde comienzos de 2022, según los datos de esta organización sin ánimo de lucro.
Muchos estadounidenses creen que la violencia armada en el país tiene relación con el elevado número de armas de fuego en manos privadas además del fácil acceso a armamento letal.
Los fabricantes de pistolas con licencia en EE. UU. hicieron 11,3 millones de armas de fuego en 2020, un incremento del 187 por ciento sobre el volumen producido en el año 2000, según un informe publicado el martes por el Departamento de Justicia.