Con récords de casos de COVID-19 en Estados Unidos, la Casa Blanca admitió que el país no podrá “controlar la pandemia” dado lo contagioso del virus, lo que contrasta fuertemente con su postura habitual de subestimar la magnitud de la crisis.
“No vamos a controlar la pandemia, sino el hecho de obtener vacunas, terapias y otras formas de reducirla”, señaló Mark Meadows, jefe de gabinete del presidente estadounidense Donald Trump, en una entrevista con CNN.
Sus declaraciones llegan un día después de que Trump reiterara que la nación ya pasó lo peor, que los datos son “increíbles” y que el repunte no es de preocupación.
El aumento se produjo sobre todo en el medio oeste y los estados que atraviesan las Montañas Rocosas, incluidos algunos territorios clave en los próximos comicios del 3 de noviembre, como Wisconsin u Ohio.
El mandatario indicó que el incremento se debe al mayor número de pruebas de diagnóstico, calificando de “tonto” el que se sigan haciendo más de ellas, ya que ofrece “algo de qué hablar a los medios de comunicación” antes del proceso electoral.
A esto se suma un nuevo brote vírico en la Casa Blanca y la negativa del vicepresidente Mike Pence de confinarse a favor de continuar con sus actos de campaña, luego de conocerse recientemente al menos 5 contagios entre personas cercanas a él.