Por R. Aideé Aguilar Esquivel

Actualmente ha surgido un debate en referencia a la ropa que deben o no usar, específicamente las deportistas que participan en los Juego Olímpicos Tokio 2021. Primeramente hay que darnos cuenta que el debate es en torno, nuevamente, sobre las mujeres. Desde ahí podemos ir vislumbrando que hoy en día es sumamente importante bordar temas como la ropa que a la mayoría de las atletas femeninas les obligan a usar, sin que exista una justificación deportiva.

La situación de fondo es  que no existe justificación deportiva, es decir, que determinada indumentaria no es necesaria para poder desempeñarse eficientemente en el deporte, como en el caso de las gimnastas o jugadoras de balonmano entre otros. A pesar de que no existe un porqué deportivo, se les ha exigido como una obligación a portar ropa corta, sobre todo de la parte inferior, la cual incluso tiene las siguientes especificaciones: “las atletas deben usar bikini que deben tener un ajuste ceñido, estar cortadas en ángulo hacia la parte superior de la pierna y tener un ancho lateral no mayor de 10 centímetros”, según las reglas de la Federación Internacional de Balonmano. Como vemos son muy determinantes las características de la ropa inferior.

Diversas atletas como Sarah Voss,  ha manifestado abiertamente que el uso de maillot ajustados, incluso, son incómodos de usar para poder desempeñarse adecuadamente en su deporte. Por ejemplo, mencionó que en los días de menstruación el uso de esta prenda es incómoda y hace que se sienta mal.

La pregunta es ¿por que se les impone a las atletas mujeres el uso indumentaria que muestra el “atractivo femenino”? Las respuestas pueden varias; sin embargo, una realidad es que tiene que ver con la cuestión de género y, sin duda, con la sexualización de la mujer, aún en ambientes donde lo que se deberían de tomar en cuenta son las aptitudes deportivas y no la cantidad de piel que muestran ni sus cuerpos en general.

Pero esto es un problema socio-cultural aceptado por gran parte de la sociedad. Esto es una muestra más de lo normalizado que tenemos la sexualización de las mujeres y verlas como un objeto. Pues en las competencias, las tomas y acercamientos que les hacen son hacia áreas específicas de sus cuerpos. Lo que muestra claramente que lo que “importa” en una atleta mujer, no es su talento deportivo, sino su cuerpo y cómo lo “exhibe”.

 Actualmente gran cantidad de mujeres deportistas se han manifestado en contra de reglas machistas que las denigran como mujeres y en sus área deportiva. Una forma de mostrar que están en desacuerdo es usando short largos o trajes de cuerpo completo. Pero ¿cuál ha sido la respuesta? Una muy reciente fue la multa que obligaron a pagar al equipo de balonmano de playa de Noruega, tras portar pantalones cortos en lugar del “obligatorio” bikini, dicho pago fue impuesto por  Federación Europea de Balonmano. 

Este es el tipo de respuesta social que se tiene a la hora mostrar que la violencia de género ha permeado en todos los ámbitos de la vida de las mujeres. Por eso es urgente hacer crítica social no solo con respecto a la violencia de género, sino a la violencia en general que hemos aprobado y reproducido día a día.

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