Es un hecho que la pandemia del covid 19 está haciendo estragos la economía de nuestro planeta, la mayoría de los rubros económicos se encuentran deprimidos, el mundo de la aviación civil no ha sido la excepción, tal es el caso de la aviación civil mexicana, sobre todo para aquellas empresas que venían acarreando grandes niveles de endeudamiento de capital, así como, impuestos y derechos de aeropuerto (TUA) retenidos no pagados al SAT, el caso de INTERJET que viene con graves problemas, desde agosto empezó a dejar de pagar a sus empleados, ya desde entonces se perfilaba como la CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA”, sin embargo la empresa que nos llama la atención es AEROMÉXICO.
AEROMÉXICO, una empresa altamente beneficiada con la salida del mercado de su principal competidor, MEXICANA DE AVIACIÓN en agosto del 2010, también en este periodo de 10 años del 2010 al 2020 es favorecida por el gobierno de Peña Nieto pues se le permite generar sinergia con DELTA, para posteriormente convertirse en accionista mayoritaria de AEROMÉXICO, ninguna de estas acciones le sirvieron para evitar su gran endeudamiento, así como el pago puntual al SAT.
Por otro lado en el ámbito laboral, en 2010 firmó con el sindicato de pilotos ASPA un contrato B (más barato) con condiciones y percepciones diferentes para aquellos contratados después de ese año.
Posteriormente con el sindicato de sobrecargos ASSA ya en una época de bonanza, se vio sumamente benévola con los sobrecargos ex mexicana pues a pesar de haberse quedado con algunas rutas y slots de Mexicana de Aviación se firma también un contrato B y recontrata a los despojados por el 50% del salario.
En ocasiones me pregunté. ¿Qué necesita Andrés Conesa, Director General de Aeroméxico para tener una estabilidad sostenida en su empresa, pues las circunstancias en los últimos 10 años le habían sido favorables?
A principios de la pandemia con una vieja deuda de millones de pesos con el SAT, sus esperanzas de encontrar más apoyo del gobierno de la 4T se vieron frustradas. Solicitó a los sindicatos apoyos en reducciones temporales de sus costos laborales, mismos que fueron atendidos por estos. Sin embargo al prolongarse la pandemia y al no recuperarse la aviación mundial, su circunstancia la obligó a recurrir al capítulo 11 de quiebras en Estados Unidos, consecuentemente a solicitar un crédito más a APOLLO GLOBAL MAGEMENT por la cantidad de $1000.00 millones de dólares, sin embargo ésta, para otorgárselo, entre una de sus garantías le condiciona a reducir aún más su costo laboral.
El resultado es un conjunto de solicitudes de reducción de costos laborales a sus sindicatos, mismos que redundan entre el 50 y 55%, con estos costos prácticamente le están cargando el pago de la deuda a sus trabajadores, según declaraciones del Secretario General de ASPA.
Hoy en día los sindicatos se encuentran en deathline en las negociaciones con la empresa, pues hasta el momento los trabajadores se han negado a entregar sus logros laborales.
La amenaza es latente si no reducen el costo laboral, Apollo no prestará el dinero con la posible consecuencia de la quiebra de la empresa, argumentan ejecutivos de la empresa.
Lo que llama la atención es que dentro de los pliegos petitorios de reducción, se encuentra la exigencia para entregar cláusulas económicas y operacionales de manera permanente, lo cual se traduce en la pretensión de un vil despojo de los logros laborales. Aquí es aplicable el dicho “A rio revuelto ganancia de pescadores”. Lo anterior lo afirmo por lo siguiente: Es perfectamente entendible que en cualquier crisis económica los trabajadores, se pongan la camiseta y apoyen a su fuente de empleo para sortear el temporal, de tal forma que ya superado éste, las condiciones debieran de regresar al estado que se encontraban, sin embargo la pretensión vorás de la empresa, no obstante de que en la pasada década consiguió con la firma de sus contratos Bs reducciones que redundan entre el 45 y 55% del costo laboral, hoy aprovechándose de la pandemia solicita apoyo y de paso dejar los contratos como si fueran una empresa de bajo costo cuando sus tarifas muestran lo contrario.
Otra situación que llama la atención es que gracias a la transparencia del proceso de quiebra y reestructura en Estados Unidos de acuerdo al capítulo 11, sale a la luz que mientras los ejecutivos de la empresa se están revolcando por convencer a los trabajadores de que cedan sus condiciones laborales para salvar a la empresa, incluso llegan hasta la amenaza de que si no ceden la empresa se irá a la quiebra, ELLOS PERCIBEN BONOS MILLONARIOS EN DÓLARES.
Tan sólo Andrés Conesa Director general, se asignó en plena crisis por la pandemia un bono de $3, 569,028.00 (TRES MILLONES QUINIENTOS SESENTA Y NUEVEMIL VEINTIOCHO MILLONES DE DOLARES).
Esperamos por el bien de México y su clase trabajadora encuentren el punto de equilibrio.
HEY!
¡VIVA MEXICO!
Fausto Guerrero Díaz