- Intervención del senador por el Partido Revolucionario Institucional, Manuel Añorve Baños, para presentar proyecto de decreto por el que se expide la Ley de Ayuda Alimentaria Social, reglamentaria del tercer párrafo del artículo cuarto constitucional. Sesión Ordinaria.*
Con la venia de la presidencia.
Como ustedes saben, existía el programa para mejorar e incrementar las condiciones de acceso a la alimentación de la población con prioridad de atención, ubicadas en las zonas de atención prioritarias rurales o urbanas, mediante el equipamiento y abasto de comedores comunitarios.
Los comedores comunitarios se constituyeron en el espacio físico y social del quehacer comunitario para la preparación y el consumo de alimentos entre la población, preparados para mujeres y hombres de la comunidad.
Con ello, las personas que asistían a los comedores contaban con soluciones a sus necesidades prioritarias, tales como el acceso al consumo de alimentos y la transformación de hábitos alimentarios.
Asimismo, los comedores se consideraron lugares incluyentes en donde se fomentaba la relación familiar y social, la sana convivencia, la igualdad de género, la cultura, la comunicación, el encuentro, la participación, la cohesión e inclusión social.
Al cierre de 2018, la SEDESOL operaba más de 5 mil comedores comunitarios en todo el país que beneficiaban a más de 440 mil personas.
Cada comedor comunitario contaba con un promedio de 109 a 120 beneficiarios, quienes recibían dos raciones de alimento diarias con ayuda del trabajo de alrededor de 63 mil 270 voluntarios.
Los beneficiarios de este programa eran niñas y niños de 0 a 11 años de edad; estudiantes adolescentes de 12 a 19 años de edad; mujeres embarazadas y en periodo de lactancia; personas con alguna discapacidad; personas adultas mayores de 65 años y más, y población que sufría contingencias o emergencias que el gobierno federal hubiera declarado como zonas de desastre, que ameritan una intervención excepcional.
Personas en situaciones de vulnerabilidad y pobreza, mujeres violentadas, personas que no cuentan con un empleo o ingreso suficiente, personas migrantes, personas en situación de calle, entre otras personas con carencia por acceso a la alimentación.
De acuerdo con el último reporte realizado en el 2017-2018, el Programa Comedores Comunitarios logró tener cobertura en las 32 entidades federativas, con presencia en el 26 por ciento de los municipios del país.
Al cierre del programa, se encontraban en operación 5 mil 95 comedores. Las cinco entidades federativas, por cierto también con mayor cantidad de comedores, eran el Estado de México con dos mil, Guerrero con dos mil 200, Michoacán 500, Chiapas 431 y Veracruz con 252.
En mi estado de Guerrero, los comedores comunitarios tenían presencia en los 81 municipios.
En la región de la montaña, una de las más vulnerables del estado, se encontraban 285 comedores comunitarios, donde se atendía a más de 31 mil beneficiarios, mientras que en la Costa Chica, funcionaban 242 comedores, a los que acudían 27 mil 246 personas.
En la zona centro, 185 comedores servían dos alimentos diarios; en la Costa Grande, 167.
En la parte norte, en la zona norte, existían 136 comedores comunitarios; en Tierra Caliente, había 108 comedores, y en Acapulco 77 comedores, con 8 mil 324 beneficiarios.
Compañeras y compañeros, aún a pesar de estos claros beneficios, lamentablemente en la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, se decidió eliminar este programa, recortando el 100 por ciento de su presupuesto, dejando en el desamparo a los más de 540 mil beneficiarios en el país.
Gracias a esta decisión, a partir de este año, los más de 132 mil guerrerenses, para poner un ejemplo, que recibían dos alimentos al día, han quedado sin este apoyo, lo que agrava su situación alimenticia y puede llegar a provocar una crisis de desnutrición, ya que la mayoría de beneficiarios eran niños en etapa de desarrollo.
Eliminar este programa de efectiva asistencia social, se hace aún más evidente en estos tiempos de pandemia, donde muchísimas personas se han quedado sin ingresos y en muchas ocasiones sin poder llevar alimento a sus hogares.
Desafortunadamente los más perjudicados por la desaparición de estos comedores son los que menos tienen.
Como representantes populares, los senadores tenemos la obligación de dar voz a los reclamos sociales, en especial a los de elemental justicia social, como el de los beneficiarios de los comedores comunitarios, quienes ya no cuentan con el alimento diario que venían recibiendo y que ven precarizada aún más su situación alimenticia.
Termino señor presidente, por todo ello, presento esta iniciativa, para crear la Ley de Ayuda Alimentaria Social, reglamentaria del tercer párrafo del artículo cuarto constitucional, para establecer en la ley, la obligación del Estado mexicano, de proveer específicamente este derecho de acceso alimentario a todas y todos los mexicanos.
Esta ley se inspira en un caso de éxito, en la Ley de Comedores Comunitarios de la Ciudad de México, que desde 2017 han atendido satisfactoriamente a los habitantes de la capital del país.
Con esta iniciativa se busca federalizar este derecho, y que en cualquier parte del territorio nacional, una persona pueda acceder a una ración de alimento, suficiente y nutritiva.
Es momento de regresar estos espacios sociales que tanto bien generaban en la comunidad, especialmente en el contexto de la pandemia que vivimos.
Por su atención, muchas gracias.