Por R. Aideé Aguilar Esquivel
La sociedad mexicana como muchas otras suelen ser sociedades moralistas, es decir, donde los comportamientos, los códigos de ética y normas sociales están regidas por una moral de corte cristiana, religiosa, donde es más importante cumplir con esa moral que respetar y garantizar las libertades humanas: los derechos humanos. Los cuales generalmente no se garantizan para el grueso de la población a causa de diversos factores, principalmente al desconocimiento que se tiene de ellos, porque no los entendemos y, porque, en muchas ocasiones tenemos un pensamiento nublado y permeado por la moral cristiana que ha causado y reproducido violencia sistemática a lo largo de la historia.
En pleno siglo XXI los supuestos buenos comportamientos así como las ideas que los justifican siguen presentes hoy en día y son tomados en cuenta a tal grado que suelen ser base de las agendas políticas de algunos partidos políticos o dirigentes, incluso de las políticas públicas que se presentan. Sucede lo mismo con la población, pues una gran mayoría aprueba estos comportamientos. Por ejemplo, en México existen gran variedad de temas relevantes a resolver, la inseguridad, la impunidad, la violencia de género, etc. Todo ello se aborda desde códigos de ética muy específicos.
Pensemos en las iniciativas que se presentan ante el congreso o los gobiernos locales, con respecto a la legalización de la interrupción del embarazo no deseado en determinadas semanas; la respuesta que se tiene por parte de los dirigentes así como de la misma sociedad, es con base a esa moral cristiana, que rechaza la libertad individual, que satanizan la posibilidad de elegir sobre el bienestar de nuestros cuerpos. Más allá de que las sociedades no estén informadas “adecuadamente”, lo que tiene gran peso a la hora buscar información y de pensarla son justamente estos códigos de ética. Donde generalmente es más fácil juzgar al prójimo que, comenzar a cuestionarnos así mismos.
Cuando abordamos temas que nos muestran que la humanidad es diversa, en seguida se muestra el rechazo a la diversidad humana. Hay una falta de entendimiento y una especie de cerrazón social con respecto a entender la pluralidad de ideas que existen. Sin embargo, gracias a las movilizaciones y pronunciamiento de diferentes organizaciones, se ha logrado avanzar, lento, pero sin duda son grandes avances, con respecto a algunos temas de la agenda pública relevantes.
Regresemos al tema de la despenalización del embarazo. En el país apena tres cuatro entidades han aprobado, por unanimidad, la legalización del aborto, lo cual ha modificado las leyes, como el Código Penal, la Ley de Salud local y, obligar a que el Estado brinde el servicio de manera obligatorio y gratuita. Aunque este tema debería de estar superado en el siglo en el que estamos y bajo las coyunturas que se han logrado gracias a las activistas que están constantemente al pie de lucha, la respuesta de los gobiernos y de gran parte de la población sigue siendo un respuesta retrograda y, como ya mencionamos, con base a una moral cristiana que lo único que ha provocado es el deceso de miles de mujeres, siendo abusadas sexualmente, ha optado por la clandestinidad de dicho procedimiento y ha causa su muerte.
Es increíble que en nuestra sociedad se critique y penalice a las mujeres que a pesar de haber sido víctimas de abuso sexual, se les penalice por decidir interrumpir un embarazo que no desearon. Hay una doble moral en nuestras sociedades porque donde deberían de enfocarse y poner todos los esfuerzos es para acabar con dicha práctica con normalizada como lo es la violación, la violencia de género en general.
Cuando abordamos temas que nos muestran que la humanidad es diversa, en seguida se muestra el rechazo a la diversidad humana. Hay una falta de entendimiento y una especie de cerrazón social con respecto a entender la pluralidad de ideas que existen. Sin embargo, gracias a las movilizaciones y pronunciamiento de diferentes organizaciones, se ha logrado avanzar, lento, pero sin duda son grandes avances, con respecto a algunos temas de la agenda pública relevantes.
Cabe aclarar que vivir bajo normas y códigos sociales no es algo equivocado, el problema es que hemos vivido bajo ciertas normas sociales que han dañado a la sociedad. Estamos bajo un régimen social basado con la competencia, en lugar de brindar las posibilidades de la competitividad; la eficiencia, la racionalidad instrumental, donde se busca hacer las cosas rápido al menor costo económico, pero que tiene un gran impacto individual y social, estamos bajo reglas sociales de egoísmo, donde lo individual y lo colectivo no tienen cabida ni relevancia; vivimos bajo reglas capitalistas patriarcales. Ese es el problema de las sociedades moralistas actuales.
¿Cómo podríamos transformar estas sociedades? ¿Cuáles son las reglas o códigos éticos que debemos seguir para encaminar a las poblaciones a un bien, pero un bien común?