El grupo de ayuda internacional Save the Children dice que, entre las 35 víctimas civiles cuyos cadáveres se encontraron en el este de Myanmar, hay dos de sus miembros locales.
Según informó la organización el martes, eran dos hombres: uno de 32 años y el otro de 28. Al parecer, ambos regresaban a su oficina cuando se vieron involucrados en un atentado el viernes en el estado de Kayah.
Save the Children afirma que cuenta con 900 trabajadores de ayuda en Myanmar. Tras el ataque, ha suspendido las operaciones en Kayah y en algunas otras regiones. Uno de sus representantes dijo que la violencia contra civiles inocentes, entre ellos los trabajadores humanitarios, es intolerable y que están conmocionados por los ataques contra civiles y su personal.
En Kayah se lleva a cabo una lucha encarnizada entre el Ejército y grupos armados prodemocráticos.
El sábado, los insurgentes dijeron que los militares habían matado a 35 civiles, entre ellos mujeres y niños. También afirmaron que el Ejército había quemado los cadáveres de las víctimas y algunos vehículos.
No obstante, los militares han negado esas acusaciones. Los medios de comunicación estatales de Myanmar han informado de que la lucha se inició cuando militantes a bordo de vehículos dispararon a soldados.