Los gobiernos, los socios de salud y la sociedad civil necesitan actuar juntos con urgencia para mantener a raya la viruela del mono en la región europea, dijo Hans Kluge, director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa.
“Europa sigue siendo el epicentro de este brote creciente, y 25 países han reportado más de 1.500 casos, es decir, 85 por ciento del total mundial”, señaló, al subrayar que la magnitud del brote representa un riesgo real.
“Cuanto más tiempo circule el virus, más se propagará y más fuerte será el arraigo de la enfermedad en los países no endémicos”.
De acuerdo con Kluge, la viruela del mono ha sido endémica en partes de África occidental y central durante décadas y no ha sido tomada en cuenta por el resto del mundo.
“Hemos visto una vez más cómo un reto en una parte del mundo puede convertirse tan fácil y rápidamente en un reto para todos nosotros y cómo debemos trabajar todos juntos para garantizar una respuesta coordinada que sea justa para todos”.
Kluge también subrayó la importancia de identificar y apoyar a los contactos cercanos de los casos, así como de realizar una autosupervisión durante 21 días de cualquier signo temprano de viruela del mono, como la fiebre.
“Una vez identificados, los pacientes con viruela del mono sospechosa o confirmada deben ser aislados hasta que sus síntomas hayan desaparecido por completo, con las medidas necesarias de control de la infección y el apoyo que necesitan para que se recuperen”, añadió.
A pesar de que la mayoría de los pacientes notificados en Europa han sido hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, Kluge subrayó que el virus de la viruela del mono no está asociado a ningún grupo específico.
“Estigmatizar a ciertas poblaciones socava la respuesta de salud pública, como hemos visto una y otra vez en contextos tan diversos como el VIH/SIDA, la tuberculosis y la COVID-19”.
Además, Kluge criticó cualquier medida futura de los países occidentales para almacenar lo que actualmente son suministros limitados de vacunas contra la viruela del mono, y calificó a este enfoque de “yo primero” que sólo podría tener consecuencias negativas a nivel mundial y preguntó si el mundo ha “aprendido realmente las lecciones” de la COVID-19.
La cooperación, la capacidad de generar y compartir conocimientos críticos a través de las fronteras, las comunidades y los grupos de población sigue siendo “nuestra mejor herramienta” para combatir el virus de la viruela del mono, dijo, y pidió una colaboración regional “genuina y desinteresada”.
La OMS informó el martes que la próxima semana convocará a su Comité de Emergencia para que dictamine si la actual propagación de la viruela del mono en países no endémicos constituye una emergencia de salud pública internacional.
