Estados Unidos y países europeos han batido récords de casos diarios de COVID-19, impulsados por la variante ómicron que estremece al mundo y ha obstaculizado los esfuerzos globales para controlar el coronavirus.
EE. UU. CON RÉCORD DRAMÁTICO
La gran propagación de la variante ómicron en Estados Unidos llevó el registro de nuevos casos diarios de COVID-19 a un récord de más de 510.000 el lunes.
La variante, altamente transmisible, representó casi el 60 por ciento de los casos secuenciados de COVID-19 en Estados Unidos para la semana que terminó el 25 de diciembre, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, sigla en inglés) del país.
El aumento ahora está presionando a los hospitales en todo Estados Unidos, llevándolos al borde del colapso.
A principios de este mes, los médicos de emergencia de Rhode Island advirtieron que un probable aumento en las infecciones por la variante ómicron “conduciría al colapso del sistema estatal de atención médica”.
La difícil situación de los hospitales de Estados Unidos se ha visto agravada por un éxodo de trabajadores de la salud que han renunciado o han optado por otros empleos.
“Es una mala noticia para los pacientes de COVID y es una mala noticia para todos los demás que necesitan atención hospitalaria”, dijo el Dr. Eric Toner, académico senior del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, citado por la emisora estadounidense NPR.
EUROPA SIENTE LA PRESIÓN DE ÓMICRON
Francia informó el martes de 179.807 casos confirmados de COVID-19 en un período de 24 horas, el mayor número de casos diarios de Europa. El sombrío hito se produjo en un momento en el que el continente lidia con la ahora dominante variante ómicron.
El Gobierno francés autorizó este martes la venta de pruebas de antígenos en los supermercados hasta finales de enero. El primer ministro francés anunció una bonificación mensual de 100 euros a todo el personal médico de cuidados intensivos.
“En el contexto de un aumento muy brusco de la tasa de incidencia, debido a la propagación de las variantes delta y ómicron y una demanda sin precedente de pruebas diagnósticas desde el inicio de la crisis sanitaria, existe la necesidad de diversificar la oferta y los circuitos de venta de los tests de autodiagnóstico”, dijo el Gobierno en un decreto.
Francia no está sola. Reino Unido también registró un récord diario de casi 130.000 casos, al igual que Portugal, Italia y Grecia.
Los departamentos de emergencia del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido dijeron que pueden llegar a una situación “límite” en la que tendrían que priorizar a los pacientes más vulnerables, ya que la propagación de la variante ómicron está poniendo a mucho personal en autoaislamiento.
“ARREMANGARSE”
Investigadores británicos han analizado el posible impacto de una dosis de refuerzo contra ómicron y dijeron que podría proporcionar alrededor del 85 por ciento de protección contra casos graves de la enfermedad y disminuir la posibilidad de hospitalización.
“Mientras nuestros brillantes científicos aprenden más sobre la nueva variante ómicron, debemos hacer todo lo posible para fortalecer nuestras defensas, y las vacunas son la mejor manera de hacerlo”, dijo el secretario de Salud británico, Sajid Javid.
“Esta es una misión nacional y todos tenemos un papel que desempeñar, así que hay que arremangarse y protegerse lo antes posible”, agregó.
Aunque los expertos señalan que las dosis de refuerzo de las vacunas contra la COVID-19 son el mejor medio para prevenir enfermedades graves, solo cuatro de cada 10 estadounidenses elegibles han recibido una.
Varios factores explican la baja tasa. En Estados Unidos, las directivas de salud pública pueden tardar mucho en circular e históricamente han llegado incluso más lentamente a las poblaciones marginadas, según informes de los medios.
Ha habido meses de debate entre los expertos de los CDC y la Administración de Drogas y Alimentos sobre si las dosis de refuerzo son necesarias para toda la población o solo para los más vulnerables, lo que ha generado confusión entre el público.