La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, mostró este miércoles su preocupación por la respuesta de Polonia y Bielorrusia a la situación de los migrantes que se encuentran en la frontera entre ambos países.

Un numeroso grupo de refugiados y migrantes procedentes de Bielorrusia, entre ellas mujeres, niñas y niños, se dirigieron el pasado lunes hacia el paso fronterizo internacional con Polonia, y según informaciones procedentes de la región se instalaron durante la noche en un campamento improvisado en las inmediaciones de la frontera bajo temperaturas gélidas.

“Estoy consternada por el hecho de que un gran número de migrantes y refugiados continúen en una situación desesperada con temperaturas casi gélidas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia”, destacó Bachelet.

Ante esta crisis, instó a los Estados implicados a tomar de inmediato “medidas para aliviar y resolver esta situación intolerable de acuerdo con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho de los refugiados”. 

La Alta Comisionada destacó que las contundentes de ambas partes centradas en la seguridad, incluido el aumento del despliegue de tropas, y la retórica incendiaria que los acompaña, sólo sirven para exacerbar la vulnerabilidad y los riesgos a los que se enfrentan los migrantes y los refugiados.

Bachelet invitó a las autoridades implicadas a que su principal preocupación sea la de garantizar los derechos humanos de estas personas y que trabajen de forma conjunta para proteger la vida y la dignidad de todas las personas varadas en sus fronteras comunes.

Acceso inmediato a la ayuda humanitaria y a los periodistas

Del mismo modo, solicitó que se permita el acceso inmediato a los trabajadores humanitarios, así como a otros miembros de la sociedad civil y a periodistas y abogados. 

Igualmente, recordó que según dicta el derecho internacional, “no se debe impedir a nadie que solicite asilo u otras formas de protección internacional de los derechos humanos, y se deben considerar individualmente sus necesidades de protección”.

Tras la muerte de varias personas durante los últimos meses en esa zona, la Alta Comisionada señaló que “los gobiernos de la región no pueden quedarse de brazos cruzados y permitir que se pierdan más vidas”.

“Los Estados tienen la obligación de proteger el derecho a la vida. Estos cientos de hombres, mujeres y niños no deben verse obligados a pasar otra noche en un clima gélido sin un refugio adecuado, comida, agua y atención médica”, explicó

El uso político de migrantes y refugiados es deplorable

Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) también mostraron su inquietud ante las últimas noticias recibidas y, al igual que Bachelet, pidieron a los Estados que garanticen la seguridad y los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes.

Según sus informes, el pasado 8 de noviembre un numeroso grupo de refugiados y migrantes, entre ellas mujeres, niñas y niños, procedentes del lado bielorruso se dirigían hacia el paso fronterizo internacional “Bruzgi”, con Polonia, y se instalaron durante la noche en un campamento improvisado en las inmediaciones de la frontera.

Las dos organizaciones contactaron con los gobiernos y pidieron la resolución urgente de la situación y el acceso inmediato y sin impedimentos para asistir a esas personas, identificar a quienes necesiten protección internacional o solicitud de asilo.

Las dos agencias de la ONU recordaron a los Estados que es “imperativo” evitar una mayor pérdida de vidas y garantizar “como máxima prioridad” un trato humano a las personas refugiadas y migrantes.

Asimismo, en varias ocasiones han declarado que la instrumentalización de los refugiadas y migrantes para conseguir fines políticos es deplorable y debe parar.

“Aprovecharse de la desesperación y la vulnerabilidad de los refugiados y migrantes, ofreciéndoles promesas irreales y engañosas, es inaceptable y tiene graves consecuencias humanas”, alertaron.

Las dos organizaciones han reiterado en varias ocasiones a las autoridades bielorrusas la necesidad de preservar el bienestar de las personas y evitar crear situaciones humanitarias difíciles.

ACNUR y la OIM están dispuestos a apoyar a las autoridades de Bielorrusia proporcionándoles asesoramiento y evaluando la situación personal de estas personas, en lugares adecuados, lejos de las zonas fronterizas.

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