Los ríos se están secando.
Los lagos se están evaporando.
Los embalses se quedan vacíos.
El cambio climático, la degradación ambiental y el aumento de la población están agravando la escasez de agua, lo que a su vez pone en riesgo la seguridad alimentaria y la economía.
Esto no sólo amenaza la seguridad alimentaria y la economía, sino que podría desplazar a 700 millones de personas de aquí a 2030.
Los agricultores han tenido que adaptarse a las perturbaciones del ciclo del agua, y para ello han ideado maneras ingeniosas para captar, almacenar y utilizar agua.

De esta forma, logran proteger sus cultivos y regarlos cuando el agua escasea.

De hecho, en Uganda, Burundi, la India y la República Unida de Tanzanía, la producción agrícola ha aumentado entre un 60 % y un 100 % gracias a las estrategias de captación y almacenamiento de agua.

Con el 13% de nuestro trabajo destinado a los recursos hídricos, el FIDA está ayudando a los pequeños agricultores con infraestructuras hídricas sencillas pero eficaces y climáticamente inteligentes.

Recogida de agua de los techos…
La recogida del agua de lluvia que discurre por el techo es una forma poco costosa de acceder a agua de una calidad relativamente alta, en particular para el uso doméstico.

En Tonga, la creciente intensidad de los ciclones puede causar el vertido de aguas residuales y la infiltración de aguas salinas, lo que a su vez puede contaminar las fuentes de agua.

Gracias al Proyecto de Innovación Rural de Tonga – Fase II
(TRIP II), respaldado por el FIDA, las comunidades han instalado tanques de captación de agua de lluvia en los que se almacena agua para garantizar su autosuficiencia y facilitar el acceso a agua potable limpia, segura y fiable.

Fuifui Luau y su cisterna de agua recién instalada. © FIDA

… y del suelo
Si la topografía es propicia, se puede recoger agua en el propio suelo. Ese tipo de estructuras de captación de agua pueden ser diminutas; en el Níger, los agricultores cavan pequeñas medialunas en las que se acumula el agua de lluvia, lo que enriquece el suelo a su alrededor.

Mientras tanto, en la región semiárida del sertão, en el Brasil, se han construido diques subterráneos que atraviesan las corrientes de agua de la estación húmeda y captan agua para canalizarla hacia el suelo. Una vez saturado, el suelo permanece húmedo por meses, aun durante la temporada seca.

Almacenar agua para los días de poca lluvia
La irregularidad de las precipitaciones en la zona sudoccidental de Mauritania sometió a una presión excesiva a los diques de tierra que se utilizaban para almacenar agua.

Tras la destrucción de sus medios de vida, en un contexto de cultivos que quedaban, o bien resecos, o bien inundados, muchas personas debieron trasladarse a otros lugares en búsqueda de empleo.

Mediante el Proyecto de Gestión Sostenible de los Recursos Naturales, los Equipos Comunitarios y la Organización de los Productores Rurales (PROGRES), en Mauritania, hombres y mujeres de la localidad trabajaron juntos cargando piedras que estaban a 3 km de distancia para apuntalar los diques. Ahora, el agua de lluvia queda otra vez almacenada detrás de los diques y puede utilizarse para tareas de riego durante las épocas secas, de modo que se preserva la fertilidad de la tierra.

Una histórica sequía en el Cuerno de África ha dejado un saldo de alrededor de 7 millones de cabezas de ganado muertas. Con todo, en Djibouti se ha construido un sistema de cisternas para recoger agua de lluvia a lo largo de los senderos para el ganado con la ayuda del FIDA.

En el caso de Fatima Hassan Mohamed, las cisternas le han ahorrado 10 horas del tiempo que pasa recogiendo agua para su familia todos los días. Ahora tiene el tiempo —y el agua— que necesita para cultivar un huerto familiar.

Un hombre en el Brasil se vale de una cisterna para regar sus cultivos. © Fernanda Oliveira

Una cisterna de cemento construida con materiales locales puede contener hasta 52.000 litros © CETRA

Nada se desperdicia
De nuevo en la zona semiárida del sertão brasileño, las aguas residuales grises resultantes de las coladas y el aseo personal son demasiado valiosos para desperdiciarlas.

Aquí, las fincas familiares tratan este tipo de agua usando filtros, microorganismos y lombrices, lo que les permite reutilizar el agua para actividades de ganadería y agricultura.

Gracias a la prosperidad de sus huertos domésticos, las familias generan ingresos y fuentes alimenticias más estables.

Cada gota cuenta
Cuando no hay agua suficiente durante todo el año, almacenarla de manera eficiente y usar técnicas de riego mejoradas puede entrañar una diferencia enorme.

En Jordania, Fadieh Almaaya instaló un sistema de riego por goteo para regar su plantación de olivos con el apoyo que recibió a través del Proyecto de Crecimiento Económico y Empleo en las Zonas Rurales (REGEP), y redujo en más de la mitad su consumo de agua.

En la actualidad existen nuevas tecnologías, como los sensores que se utilizan en los sistemas de riego por goteo, que ayudan a los productores a ahorrar aún más agua a través de mecanismos que le dan a cada planta el agua que necesita, ni una gota más.

Soluciones naturales
En la remota aldea de Mukhaialong, en la zona nororiental de la India, la fuente de agua local solía ser acidificante y no podía usarse.

Ahora, gracias a un canal construido con el apoyo del FIDA, la misma agua fluye a través de una superficie de piedra caliza que aumenta su alcalinidad, lo que la hace apta para su uso doméstico y agrícola.

Las tuberías conectan las casas a un depósito de agua, dando a los habitantes acceso directo a la fuente de agua.

Conservar el agua para conservar nuestro futuro
En los Andes peruanos, la población depende de las fuentes de agua locales para cultivar.

Zulma Recuay Lermo y su comunidad trabajan incansablemente en el marco de la iniciativa de los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos (FIDA-MERESE). Por medio de ella plantan especies autóctonas para restaurar los ecosistemas, a fin de que miles de personas aguas abajo tengan agua para cultivar frutos tales como la chirimoya y el aguacate.

“Al igual que nosotros tenemos una cultura de preservar el agua, que heredamos de nuestros antepasados, quienes viven en las ciudades también deberían ahorrar agua, no solo para ellos, sino también para las generaciones venideras”, dice Zulma.

Por admin

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