Los peruanos pueden disfrutar de una experiencia teatral única sobre las tablas del Gran Teatro Nacional de la ciudad de Lima con la obra “Yerbateros”, que rinde homenaje a las personas que han fallecido en el país a causa de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19).
“Yerbateros”, creación del colectivo escénico “Angeldemonio”, bajo la dirección de Miguel Rubio Zapata y protagonizada por Ricardo Delgado, inició sus presentaciones en la capital peruana el miércoles y se presentará hasta el próximo 22 de abril.
Delgado explicó a Xinhua que el personaje que interpreta honra a su maestro fallecido a causa del nuevo coronavirus mediante un ritual wanka, manifestación cultural propia del centro del país sudamericano, mediante danza, canto y memorias individuales.
“Yerbateros” es un proyecto generado durante la pandemia que evoca el dolor que invade a las familias que han perdido a un ser querido y que debido a distintas circunstancias no pudieron efectuar los rituales tradicionales para su despedida, como se acostumbra en la región andina.
El protagonista precisó que el personaje representado recuerda a su maestro danzante de nombre Don Dámaso, quien desde muy pequeño llegó a Lima y de quien no pudo despedirse a pesar de que le prometió no dejarlo solo en un hospital, promesa que no pudo cumplir.
“Lo que sucedía era que amigos, familiares, personas queridas, seres queridos iban partiendo pero sin que nos pudiéramos despedir de ellos y tampoco realizar los rituales tan importantes”, comentó el actor.
Expresó que la pandemia de la COVID-19 generó una “fractura” en los espacios de resiliencia que se necesitaban en medio del luto.
“Lo que hace ‘Yerbateros’ es justamente cerrar estos espacios, estas fisuras que han quedado, para que puedan dialogar (…) despedir de alguna u otra forma a estas personas, seres queridos o familiares”, acotó.
La puesta en escena propone un estado de resiliencia comunitaria para conectar con momentos de angustia, ansiedad, pena, soledad, fortaleza y reflexión que los ciudadanos llegaron a experimentar por la emergencia sanitaria, iniciada en marzo de 2020.
El actor logra ese estado en el escenario frente a una cama, donde vela las cosas de su maestro, entre ellas su ropa, su música, sus instrumentos, una maleta, un paquete con flores y cinta de colores, entre otros accesorios.
Todo sucede mientras que el personaje espera que amanezca para que salga el primer autobús de la capital peruana al centro del país, para llevar las cenizas al lugar de nacimiento del difunto, en la zona selvática del Valle de Mantaro.
El personaje finalmente avanza hacia la localidad para completar la sepultura, algo que para Delgado se configura como una cuestión “simbólica” de todos, pues cada uno imagina a su maestro, a su padre, a su madre, a un familiar que perdió en medio de la pandemia.
La representación en el Gran Teatro Nacional de Perú es una historia que invita a la reconciliación, a superar la tristeza, a sanar las heridas por la pandemia y a cerrar el círculo para continuar con el reto de la vida.
Perú registra a la fecha 3.557.869 casos confirmados y 212.704 decesos acumulados a causa del virus desde el inicio de la pandemia, una de las tasas de mortalidad más altas del mundo.