- El nuevo informe del PNUMA proporciona una guía para aumentar la eficiencia de los recursos en las ciudades a través de la circularidad, una mejor conectividad, la restauración de ecosistemas, entre otros.
- Si no se toman medidas, para 2050 las ciudades de la región de ALC consumirán de dos a cuatro veces más recursos por encima de los límites de la sostenibilidad.
Si se persigue una transformación sostenible en esta década, las ciudades de América Latina y el Caribe pueden reducir a la mitad el consumo de recursos naturales como combustibles fósiles, minerales y alimentos, al tiempo que logran combatir la pobreza y la desigualdad, según un Nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La publicación, desarrollada en colaboración con el Panel Internacional de Recursos (IRP), concluye que para 2050, las ciudades de la región consumirán de dos a cuatro veces más recursos de lo que se considera sostenible si no inician una planificación integral y no aumentan la eficiencia y circularidad de sus sistemas, escenario que vendría acompañado de una severa degradación de ecosistemas vitales.
El Peso de las Ciudades en América Latina y el Caribe: Requerimientos Futuros de Recursos y Posibles Cursos de Acción señala el camino hacia una planificación urbana más sostenible e incluye recomendaciones en cuatro ejes: transporte y movilidad sostenible, edificios eficientes y sostenibles, residuos y agua y saneamiento. saneamiento: para reducir el consumo de recursos, los desechos, el daño ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
A nivel mundial, las ciudades generan hasta tres cuartas partes de las emisiones de GEI. Según el IRP, la eficiencia de los recursos podría disminuir la demanda de materiales vírgenes entre un 15 % y un 25 % y dar lugar a una reducción de las emisiones del sector industrial de hasta un 30 %.
El informe encuentra que las ciudades de América Latina y el Caribe consumieron entre 12,5 y 14,4 toneladas per cápita de recursos anualmente en 2015 (el año más reciente que concentra el mayor volumen de datos). Más de la mitad del stock de material urbano de la región estaba en las ciudades de Brasil (38,1%) y México (21,1%).
Para 2050, con una población regional de 680 millones de habitantes, el consumo de materiales domésticos urbanos podría ascender hasta las 25 toneladas per cápita, muy por encima del rango de 6-8 toneladas per cápita que el PIR considera bajo los límites de la sostenibilidad.
“Hoy, muchas de las personas de América Latina y el Caribe sufren los efectos del uso insostenible de los recursos: degradación ambiental, falta de acceso a los servicios y, como resultado, un futuro sombrío”, dijo Jacqueline Álvarez, Directora Regional del PNUMA para América Latina. y el Caribe. “Planear una transformación sostenible es fundamental si aspiramos a vivir en armonía con la naturaleza, no dejar a nadie atrás y recuperarnos de manera sostenible de los efectos de la pandemia de COVID-19”.
Los autores del informe hacen un llamado a la región a buscar una intensificación urbana estratégica que, a diferencia de la tradicional expansión horizontal de las ciudades, consiste en aumentar la densidad de población, empleos y servicios en un conjunto de centros urbanos bien conectados por transporte público eficiente y asequible.
Además, la región requiere construcciones más sostenibles, fomentando la circularidad, aprovechando los residuos orgánicos y mejorando la gestión del agua para incluir el tratamiento y reutilización de este recurso, así como la restauración de los ecosistemas de agua dulce.
De implementarse el conjunto de acciones propuestas en este informe, las ciudades de la región podrían reducir su consumo anual de materiales entre 6 y 7 toneladas per cápita para 2050.
El informe también destaca medidas que ya se están tomando en esta línea, como las mejoras al transporte público de Fortaleza (Brasil), que incluyeron mayor espacio para bicicletas y peatones, la recolección de agua en la Ciudad de México y el proyecto de calefacción urbana de Temuco (Chile).
Ciudades sostenibles, más justas y más prósperas
Según el informe, en 40 años, el entorno urbano construido de la región creció un 99%, casi a la par del aumento de la población urbana en ese período (95%). Debido a la incapacidad de la mayoría de las ciudades para absorber el crecimiento, se agravaron la desigualdad social y la injusticia ambiental.
Cerrar la brecha de la desigualdad ahora significará atender las necesidades de las poblaciones más vulnerables, por ejemplo, la falta o lejanía de los servicios públicos urbanos, la infraestructura deficiente, las condiciones violentas y la contaminación.
Los autores también hacen un llamado a las autoridades para que dirijan más esfuerzos hacia las ciudades intermedias, que están creciendo más rápidamente que el promedio. También recomiendan promover una mayor cooperación y alianzas más fuertes a nivel subnacional, subregional y regional.