Por R. Aideé Aguilar Esquivel
Estamos casi a mitad del año 2021 y se han presentado una serie de problemáticas, además de los efectos que ha traído estar en el contexto de la pandemia. El desasosiego social se ha visto en manifestaciones, protestas etc., en diferentes partes del mundo,
Es bien sabido que, a pesar del confinamiento, las asociaciones o grupos de personas han salido a manifestarse en contra de la violencia que se sigue viviendo, esto ha sucedido a nivel mundial.
A pesar de estar en pandemia, por ejemplo, los casos de violencia de género no han disminuido, todo lo contrario, se han disparado los números. En el caso de México se sigue asesinando a 11 mujeres al día sólo por el hecho de ser mujeres, es decir, se comenten feminicidios; muchos de ellos son perpetrados por personas conocidas o cercanas a la víctima, sus parejas sentimentales etc., quienes cometen los crímenes al interior de sus viviendas. También, incluso, hay casos de feminicidios, en donde el perpetrador llegó a entrar a la casa de una adolescente para asesinarla. El caso es que todos los días vemos pesquisas de mujeres desaparecidas y a los pocos días sale la nota que se han encontrado, pero sin vida.
¿Dónde está ese estado de derecho que debería de imperar en el país? La justicia en México, al parecer, solo la tienen algunas personas, pero cuando se trata de casos de violencia de género, ni eso. Hay muchas gestiones para criticar al actual gobierno federal, una de ellas es justo su poco o nulo interés sobre la justicia de género. Cosa que, el actual presidente, ha manifestado de manera abierta en las conferencias de prensa en las mañanas. Aclaro que este desinterés así como muchas otras cosas que no soluciona ni tiene la intención, lo han dejado de lado los anteriores gobiernos presidenciales, no es algo exclusivo de la actual administración; sin embargo, el gobierno en turno, antes de estar en la silla presidencial, se quería mostrar como la esperanza de México, y dio pauta que millones de personas de verdad creyeran que sería diferente.
La realidad es que en los hechos se muestre todo lo contrario, es un gobierno soberbio que ha perdido el sentido de bienestar social, (si es que algunas vez lo tuvo). Pues en las manifestaciones sociales que se han presentado con respecto a diferentes problemáticas, la respuesta del actual presidente ha sido con desinterés, con molestia de que se aborde el tema. Pareciera que solo está centrado y, que solo importa, lo que desde su gobierno se está impulsando. En lugar de salir a dar la cara en las protestas y, de esta manera, abrir un canal de comunicación con las víctimas o familiares de las mismas, mostrar que hay interés por dar soluciones, mostrar que son situaciones importantes y que se pueden gestionar, etc., lo que ha hecho, junto con la jefa de gobierno de la CDMX, es responder con violencia, mandar cuerpos represores para detener la protesta, cosa que es una violación a los derechos humanos.
Ahora bien, vemos su pésima gestión a la hora de, no solo solucionar, sino de abordar los problemas, en el caso de lo sucedido en el metro de la línea 12, algo que también tienen responsabilidad de lo ocurrido, tanto los gobiernos anteriores como el actual. Sin embargo su respuesta en las conferencias de prensa fue, centrarse en que “no ha habido un momento en la historia de México donde se le ataque tanto a un presidente”, ¿de verdad este es el tema central? Sus respuestas totalmente alejadas de empatía para con las víctimas; al responder de esta manera, no habla de su ego y la soberbia y del total desinterés y nula capacidad para respuestas y solución a los conflictos.
Este es nivel de respuesta gubernamental que tenemos y, repito, no es exclusivo del gobierno en turno, sino también de los anteriores. El gobierno de la esperanza se ha convertido en el gobierno de la incertidumbre, del desinterés.