El primer ministro designado de Rumania, Dacian Ciolos, no logró asegurar un apoyo mayoritario en el Parlamento para su propuesta del nuevo gabinete.
Como se esperaba, la composición de su gabinete fue apoyada sólo por 88 diputados y senadores, la mayoría de ellos del partido de centro derecha Unión Salvar Rumania (USR) que encabeza Ciolos. Se requería un mínimo de 234 votos en el Parlamento bicameral, que suma 460 escaños, para aprobar la propuesta de Ciolos.
“A través del irresponsable voto contra el gabinete de la USR, los legisladores rechazaron la única solución para Rumania de tener un Gobierno funcional hoy y decidieron que es más importante prolongar la crisis política que resolver la crisis de salud” con la USR, que tiene 80 escaños en el Parlamento, dijo en redes sociales.
El presidente rumano, Klaus Iohannis, propuso el lunes pasado a Ciolos, de 52 años de edad, como candidato para formar un nuevo Gobierno después de que la coalición de centro derecha encabezada por el primer ministro Florin Citu fue derrocado en una moción de censura. El retiro de la USR de la coalición tripartita, en medio de una disputa con el primer ministro, llevó finalmente al colapso del gabinete de Citu.
Ciolos, que fue primer ministro entre noviembre de 2015 y enero de 2017, presentó el lunes la selección de miembros del nuevo gabinete integrado exclusivamente por miembros de la USR, ante la falta de apoyo de los dos mayores partidos del país, el Partido Nacional Liberal (PNL) encabezado por Citu y el Partido Socialdemócrata (PSD), así como de la mayoría de los otros grupos pequeños en el Parlamento.
Iohannis tendrá que nominar a otro candidato para reemplazar a Citu.
Los analistas locales creen que el presidente se inclinará por un candidato del PNL.
“La solución para Rumania… es la restauración de la coalición USR-PNL-UDMR (Alianza Democrática de Húngaros en Rumania)”, dijo la USR después del voto en el Parlamento.
La situación presente extenderá el período de incertidumbre política en el país, afectando sus esfuerzos para combatir la epidemia de COVID-19 y responder a los retos económicos, opinan analistas locales