Por R. Aidee Aguilar Esquivel.

Una gran cantidad de personas han escuchado o leído sobre el Holocausto, se suele pensar que es lo mismo que la Segunda Guerra Mundial. En realidad son dos hechos distintos; uno, como ya dijimos es la guerra y, el Holocausto, es un genocidio. En las siguientes líneas vamos a ver qué es un genocidio y por qué hablar de ello hoy en día.

La persona que acuña el término genocidio, y que impulsa el reconocimiento de este como un crimen internacional, es el jurista polaco Raphael Lemkin. Dice que los genocidios son las persecusiones y exterminios de personas sólo por su pertenencia a una etnia, raza, religión o nacionalidad. Para conceptualizar este término tomó en cuenta lo ocurrido en el Holocausto, pero, también lo sucedido mucho antes con el exterminio de los armenios.

Este es un mes para recordar y conmemorar a las víctimas de los genocidios en general, pero algunos fueron perpetrados en un mes como este. Por ejemplo, el exterminio de los armenios, en un país de la región del Cáucaso; también el de Camboya, un país asiático y, posteriormente en Ruanda, un país del centro de África, todos ellos fueron crímenes cometidos en el mes de abril.

Al termino de la Segunda Guerra Mundial, organismos internacionales, líderes políticos así como otras organizaciones, prometieron que ¡Nunca más!, volverían a suceder crímenes como estos; sin embargo, se repitieron, no sólo en los países antes mencionados, sino en, por lo menos, otros 3. Además de los que se están perpetrando ahora mismo: Darfur y Myanmar.

Este 6 de abril, se cumplieron 27 años del genocidio de Ruanda, donde asesinaron a más de 800 mil ruandeses. A casi tres décadas de este crimen, la población conmemora, nuevamente, sin abrazos de consuelo, sin acercamiento, debido al confinamiento por la contingencia. No obstante, la ceremonia conmemorativa, así como prender el fuego de la memoria, para recordar a las víctimas, es presidida por el presidente del país, Pol Kagame.

Por otro lado, el próximo 17 de abril se cumplirán 45 años del genocidio en Camboya, perpetrado por por los miembros del Jemer Rojo, liderado por Saloth Sar, alias Pol Pot o Camarada Uno. Un crimen que inicia en 1975, a pocos años después de la promesa del ¡Nunca más! Las víctimas pertenecieron a la etnia cham (entre ellos, habían practicantes del Islam, del budismo y de la religión Hindú), grupos nacionales chinos, vietnamitas y camboyanos. Entre 1975 y 1979, asesinaron a más de 1.7 millones de personas; no obstante, es uno de los crímenes menos mencionados.

Por último, el 24 de abril se conmemorará a las víctimas armenias, el primer pueblo cristiano en el mundo. Inició en 1915, es decir, en el contexto de la Primera Guerra Mundial y antes del Holocausto, cuando esta población se encontraba bajo el dominio del Imperio Otomano, en el gobierno presidido por los Jóvenes Turcos, quienes exterminaron a más de medio millón de personas. Debido a esto, el pueblo armenio sigue en una constante lucha por el reconocimiento del genocidio por parte de los herederos del imperio, Turquía, quien, hasta la fecha, no lo reconoce como genocidio.

Este es un mes para conmemorar y honrar a las víctimas. La mejor manera es evitar que sigan ocurriendo estos crímenes. Por ello es necesario acabar con la impunidad. También se debe exigir que los estados que firmaron en un primer momento, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, la ratifiquen y, los que no han firmado, que lo hagan. Y más importante es que ese convenio se materialice en hechos, que no quede sólo en una firma. Recordemos que prevenir los genocidios es una obligación moral y legal de los gobiernos así como de los ciudadanos.

Necesitamos darnos cuenta que estos crímenes no son ajenos a nosotros. Las características que posibilitan esta violencia –el rechazo a quienes son diferentes, el odio, la discriminación etc.– están presentes en muchas sociedades como la mexicana.

Está más que dicho que para prevenir y erradicar la violencia en cualquiera de sus manifestaciones es necesario generar cambios de mentalidades en busca del respeto y aceptación a la diversidad, buscar el bien común. También exigir que los gobiernos se comprometan a hacer todo lo posible para prevenir las situaciones de violencia. Una forma efectiva es, sin duda, a través de la educación. ¿Qué más tiene que suceder para que se efectúen cambios reales por parte de los gobiernos, para la mejora y protección de la humanidad? ¿Será este contexto de pandemia un parteaguas para transitar a un nuevo paradigma social?

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